Esto último fue de carácter simbólico ya que para que sea posible, el proyecto necesitaría que Estados Unidos levante las sanciones que limitan la colaboración económica y la realización de proyectos conjuntos con Pyongyang. De hecho para que el acto fuera posible, Washigton debió conceder exenciones a Corea del Sur. También estuvieron presentes delegados de Rusia y China.
"Es un proyecto que en realidad se inicia originalmente a principios del siglo XX con los japoneses, que es conectar Corea y atravesar Rusia para llegar a Europa", explicó a Sputnik María del Pilar Álvarez, máster en Estudios Coreanos por la Universidad surcoreana de Yonse e investigadora del Conicet argentino.
En agosto de este año Rusia y Corea del Norte acordaron trabajar juntos para la eventual conexión con el tren Transiberiano, que en el marco de la nueva Ruta de la Seda que promueve Pekín determinaría una línea directa y más competitiva que las actuales con Europa.
"Fue un acto simbólico pero que tiene mucho valor porque demuestra la posibilidad no sólo de que se concrete el proyecto sino también que las Coreas siguen trabajando en un proyecto de unificación económica, cultural, social más allá de lo que pase con las relaciones entre EEUU y Corea del Norte".
Para la experta, la iniciativa "tiene un impacto cultural y social muy significativo, pero detrás obviamente está el gran proyecto económico que podría asustar a las grandes potencias como Estados Unidos".