"El general director pudo haber renunciado voluntariamente; al no ser así, se activó el proceso (administrativo)", informó la Presidencia chilena en un comunicado.
En estos casos, la Constitución chilena establece que si el presidente de la República quiere desvincular al director de Carabineros o a cualquier comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, deberá elaborar un decreto fundado y enviarlo a ambas cámaras del Congreso para informar su decisión, y posteriormente, la decisión deberá ser visada por la Contraloría General de la República.
Sin embargo, el Congreso ya finalizó su labor parlamentaria de 2018, por lo que el Gobierno deberá esperar hasta el próximo año para iniciar el proceso de destitución.
Junto a Soto, otros 10 generales de Carabineros fueron desvinculados para los que no aplica esta condición constitucional.
Camilo Catrillanca era un joven líder mapuche de 24 años que luchó constantemente por las reivindicaciones de su pueblo, sobre todo desde el movimiento estudiantil, y que el pasado 14 de noviembre recibió un disparo por la espalda de un grupo de carabineros que se habían desplegado en un operativo por el robo de unos autos en el sector.
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Soto es el segundo director de Carabineros al que Piñera le pide la renuncia, ya que el pasado 12 de marzo, a horas de asumir su mandato, el presidente desvinculó al ex director Bruno Villalobos, quien estaba siendo cuestionado por otros escándalos que aun sacuden a la institución.