"Estamos muy preocupados por esa trágica muerte de la niña guatemalteca, por la falta de transparencia por parte de la Patrulla Fronteriza de El Paso, Texas, porque nos enteramos siete días después de una versión de muerte por deshidratación; pero los resultados oficiales de la autopsia todavía no se dan a conocer, y no sabemos en qué condiciones estuvo la niña durante las ocho horas que estuvo bajo custodia de la Patrulla Fronteriza, ni qué se hizo para salvar la vida de Jakelin", dijo Castañeda vía telefónica.
El padre de la niña, Nery Gilberto Caan, firmó un documento en el que aceptaba que su hija estaba en buen estado de salud.
"Pero ese documento está inglés y lo preocupante es que él habla una lengua maya, el q'eqchi, y nosotros creemos que no sabía lo que estaba escrito en ese texto oficial", dijo Castañeda, abogada de la red defensora de derechos humanos en la ciudad texana.
Aún no está claro lo que ocurrió con la menor durante su traslado por dos estaciones migratorias diferentes, desde la detención la noche del 7 de diciembre, hasta su fallecimiento en un hospital el siguiente día.
La exigencia a las autoridades estadounidenses es de "transparencia en una investigación rápida, para saber qué ocurrió durante esas ocho horas, desde que los detienen hasta que llegan al Hospital de Niños de Providence, cuando presenta dolores, vómitos y convulsiones", dijo Castañeda.
Esta versión es la que ofreció Nery Caan, guatemalteco de origen indígena y padre de la niña, a través de su abogado Rubén García, director de Casa Anunciación, donde están albergadas las familias que piden asilo político ante las autoridades de inmigración.
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Unas dos veces por semana, un equipo de voluntarios de Casa Anunciación entrega a unas 50 personas para que hagan los trámites de asilo por el que esperan varios días y, dependiendo del resultado, llaman a los familiares para les manden dinero para poder trasladarse, por autobús o avión, para reunirse con ellas en EEUU.
Cuando son liberadas, las personas pasaron la prueba de una declaración de "miedo creíble" para salir de su país y un chequeo de antecedentes penales por parte de la agencia estadounidense de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés), donde les ponen una pulsera electrónica en los tobillos para poder localizarlas en EEUU, explicó Castañeda.
El abogado Rubén García, responsable de Casa Anunciación, emitió el fin de semana una declaración en nombre de la familia Caan en la que señala "que están lidiando con la profunda pérdida de Jakelin, que solo cinco días después de su séptimo cumpleaños era una niña hermosa y amorosa".
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