"Tengo 50 personas para acabar contigo, si colocas 100, yo coloco 200, y si aumentas eso, coloco 1.000; voy a acabar contigo", le habría dicho una persona anónima por teléfono, según consta en el interrogatorio, que fue realizado el 16 de diciembre durante tres horas y fue adelantado este 17 de diciembre por la televisión local Anhanguera.
El curandero negó todas las acusaciones de abuso sexual, así como haber intentado sacar 35 millones de reales (casi ocho millones de dólares) de sus cuentas bancarias desde que estalló el escándalo, información que publicó el diario O Globo.
Todos los relatos son similares; las mujeres alegan que tras las ceremonias de cura realizadas en grupo el sanador les pedía que entraran a su despacho porque su caso exigía un tratamiento especial y allí sucedían los abusos.
En sus declaraciones a la policía, el sanador aseguró que nunca realizó sesiones individuales por su propia iniciativa, y que en muchos casos eran las personas que buscaban la cura las que pedían reunirse con él en solitario.
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Joao de Deus, cuyo verdadero nombre es Joao Teixeira de Faria, está preso en una celda de 16 metros cuadrados en una cárcel de Aparecida de Goiania, la capital del estado brasileño de Goiás.
Sus abogados presentaron ante la Justicia un recurso de "habeas corpus" (petición para evaluar la legalidad de una condena) para que su cliente pueda responder ante las acusaciones en prisión domiciliar, alegando su edad, 76 años y su delicado estado de salud.
