Los festejos comenzaron en la medianoche, durante las primeras horas del día 12 de diciembre. Unos mariachis le cantaban sus mañanitas y los cuetes y fuegos artificiales reventaban en el cielo. Iniciaba del día del mito de la Guadalupana, "la virgen negra" la madre patrona de buena parte de Latinoamérica.
El mito dice que se le apareció este día de 1531, 10 después de la caída de Tenochtitlán en manos de la colonia española, a Juan Diego Cuauhtlatoatzin, un hombre nacido en el valle de México que todavía no se había convertido en la megalópolis actual, pero que ya era el epicentro de la vida pública prehispánica de esta zona de Mesoamérica.
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Mientras caminaba hacia la catequesis que se impuso como religión junto a la toma del poder por la fuerza, Juan Diego Cuauhtlatoatzin recibió el aviso de un pájaro, que le señaló que la virgen se había aparecido en un rosal destemplado, nacido en el invierno boreal. Al ver las rosas y a la virgen aparecida, Juan Diego recibió la orden de tomarlas en su manto y llevarlas ante el fray Juan de Zumárraga, quien recibió el mandato de construír una capilla católica en el cerro del Tepeyac, donde había aparecido el rosal misterioso. La orden se cumplió y la capilla se convirtió en la casa de Juan Diego hasta el día de su muerte. En el hombre arrodillado que se representa junto a la virgen en su imagen icónica.
El cerro del Tepeyac se transformó en un conjunto de iglesias destinadas a diferentes vírgenes pero en 1976 concluyó la construcción de La Basílica de Guadalupe, un edificio que imita el velo verde que la virgen carga en sus representaciones.
Millones de personas escuchan la misa dedicada a la conquistadora de la fe de los mexicanos, que llegan caminando, o en bicicleta, aunque muchos llegan de rodillas en el piso. Hay mujeres con sus hijos, los tíos, cuñados y hasta alguna novia que se suma a escuchar la misa de ese día.
Entre los peregrinos vino un grupo de San Bernardino Tlaxcalancingo, en el estado de Puebla, una mujer que brindó su testimonio entre la gente que trae penachos y ayoyotes "cascabeles de percusión" mientras bailan al ritmo de su son.
"Posteriormente llegó el catolicismo también con una esencia femenina, la virgen de Guadalupe. Muchos vienen a danzarle a la virgen a esta esencia que es la misma. El ritmo de los danzantes es el ritmo del cielo y se lo llevan nuestros venerables abuelos tambores. Ellos nos hacen cantar y danzarle a la Tierra en cualquiera de sus representaciones", agregó en entrevista con Sputnik.
Sobre la Calzada de Guadalupe miles de las personas van vestidas con atuendos prehispánicos o con imágenes y ropas de la virgen morena pero hay muchos otros con playeras que tienen escrito el nombre de algún pueblo como Santa Rita Tlahuapan o San Martín Texmelucan, que en sus nombres reflejan también la mistura entre el catolicismo y la tradición prehispánica.
Antonio es un hombre que llegó a la Basílica en bicicleta y contó a Sputnik que "hay cuatro organizadores en San Martín Texmelucan que arman siete camiones en los que vienen 80 ciclistas más las familias acompañando".
El ciclista explicó que la peregrinación a la Basílica desde su pueblo dura cuatro días: "Pasamos primero al Señor de Chalma y luego vamos al El Ahuehuete, una virgen de 33 metros en Ocuilan, Estado de México y luego para la Basílica de Guadalupe".
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Los motivos para estar en la fiesta pueden ser millones, pedir un favor o pagarlo, incluso sólo agradecer por el año casi concluido. Toño es uno de los presentes en la Basílica que explica sus motivos:
"Ya son dos años que vengo por la salud de mi hijo, porque cuando estaba en la panza de su madre tenía el hilo umbilical en el cuello pero todo salió bien, y ahora está aquí, bien grandote, por eso vengo a agradecerle. Pero yo venía desde hace 10 años, es una promesa que le hacemos o por tradición que viene de generación en generación".
Con las piernas cansadas de tanto pedalear, Toño se sentó sobre un tráiler, mientras comía una paleta de hielo y los fieles seguían pasando frente a él. Los tambores y los inciensos ambientaban el lugar, que también está rodeado de 6.000 policías uniformados y otros 350 elementos de la Policía de Investigación vigilando el paso de los peregrinos. Hasta el momento suman ocho personas detenidas.
Al momento, se registran 8 personas remitidas por diversas faltas administrativas, la recolección de 497 toneladas de basura; así como se han proporcionado 60 mil litros de agua durante el operativo de vialidad y seguridad. #BienvenidoPeregrino2018 pic.twitter.com/yWXeWGdYRM
— SSP CDMX (@SSP_CDMX) December 12, 2018
Cuando el sol se va, los creyentes no. La afluencia de público es continua y el comercio ambulante está presente a lo largo de toda la ruta peregrina. Se venden imágenes, llaveros, estatuas y hasta réplicas del manto verde de Juan Diego, mientras decenas de personas solidarias reparten comida y aguas de sabor entre los presentes, que nutren el camino de la fé hacia la virgen conquistadora.