"¿Qué tiene que hacerse ahora? Ya no podemos descartar una nueva agresión rusa, por ejemplo en la costa del mar de Azov, diseñada para abrir una ruta terrestre a la península de Crimea. Por encima de todo, la respuesta de la UE debe ser coherente y unánime: nuestra principal fuerza reside en nuestra unidad. Los medios militares están fuera de cuestión, pero todas las medidas salvo la guerra deben tomarse en cuenta", dijo Röttgen en un artículo publicado por el diario británico The Guardian.
"Una buena señal es que Rusia ya reabrió el estrecho de Kerch para los buques ucranianos. Pero la libertad de navegación debe ser garantizada en todo momento", expresó.
Al mismo tiempo, Röttgen resaltó que la UE "necesita mantener el diálogo con Rusia, ya que en caso contrario no habrá paz en Ucrania".
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El 25 de noviembre, tres barcos de la Armada ucraniana violaron la frontera rusa al entrar en una zona provisionalmente cerrada del mar Negro y avanzaron hacia el estrecho de Kerch, que une los mares Negro y de Azov y separa la península de Crimea del resto del territorio ruso.
Moscú calificó la incursión ucraniana de provocación y denunció que Kiev violó las normas fundamentales del derecho internacional.
Tras ese incidente las autoridades ucranianas impusieron la ley marcial en diez provincias del país por 30 días.
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