"Italia seguirá manteniendo un enfoque que comparte la posición europea, aunque está convencida de que las sanciones no son un fin en sí mismas, sino una herramienta para encontrar una solución al conflicto ucraniano", dijo Conte ante la cámara baja del Parlamento italiano en vísperas de la próxima cumbre europea.
"En esta fase de la creciente tensión entre Moscú y Kiev, agravada en los últimos días tras el incidente en el mar de Azov, el trabajo con nuestros colegas europeos sigue siendo nuestra prioridad para ayudar a llevar esta discusión a la mesa de negociaciones", concluyó Conte.
Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz de la situación en Ucrania y la adhesión de Crimea a Rusia tras el referéndum celebrado en marzo de 2014, en el que más del 96 por ciento de los votantes avaló esta opción.
Desde entonces, Estados Unidos, la UE y otros países, aprobaron varios paquetes de sanciones contra Rusia.
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Moscú, que respondió a las sanciones con un embargo agroalimentario, ha subrayado en reiteradas ocasiones que no es parte del conflicto en Ucrania y reafirmó que la adhesión de Crimea se llevó a cabo respetando la legislación internacional y la Carta de la ONU.
Las embarcaciones ucranianas realizaron maniobras peligrosas e hicieron oídos sordos a la exigencia de parar, por lo que fueron detenidas con sus 24 tripulantes.
Moscú calificó la incursión ucraniana de provocación y denunció que Kiev violó las normas fundamentales del derecho internacional.
A su vez, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, declaró que con ese incidente Kiev busca ganar puntos de cara a las elecciones presidenciales, previstas para el 31 de marzo de 2019.
El presidente ruso, Vladímir Putin, defendió el proceder de los guardias fronterizos rusos y recordó que en Kiev amenazaron públicamente y en más de una ocasión con hacer volar el recién inaugurado puente de Crimea.