El primer Índice de Bienestar Urbano (IBU) realizado para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires determinó que existe una marcada diferencia entre los barrios del norte y los del sur en cuanto a las condiciones en las que viven los vecinos para su desarrollo personal.
Las Comunas que evidencian indicadores muy negativos son la 4 y la 8, que aglomeran los barrios sureños de La Boca, Barracas, Nueva Pompeya, Parque Patricios, Villa Soldati, Villa Lugano y Villa Riachuelo, que tienen como margen el Riachuelo. Allí la tasa de desocupación coincide con la de países como Haití, Yemen o Serbia, según datos del Banco Mundial, y es la más alta de la ciudad (13,7%), en particular la Comuna 8 tiene un ingreso per cápita de 610 dólares mensuales. Por su parte, la Comuna 8 tiene la peor tasa de mortalidad infantil (11,9 por cada 1.000 niños nacidos con vida). Equiparable a la de países como Armenia, Túnez o Libia, según datos de la misma fuente.
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"Surgió como un aporte para revertir el desequilibrio histórico que se vive en la ciudad entre las zonas norte y sur, conociendo en profundidad cuán reales son estas diferencias. Si bien hay un ranking general, también hacia adentro se muestran las diferencias entre las cuatro dimensiones y entre las 15 categorías que analizamos", dijo a Sputnik Silvia La Ruffa, vicepresidenta de I-Ciudad, la organización que realizó el informe.
"Construimos el concepto de Bienestar Urbano como aquella situación en la que hay acceso pleno a condiciones contextuales e infraestructurales para elaborar los proyectos personales. Por eso elegimos cuatro dimensiones para determinarlo: desarrollo urbano, seguridad, ambiente y desarrollo económico y social; no tienen ningún componente subjetivo como podría ser el de felicidad o calidad de vida", explicó la doctora en Ciencias Políticas, que coordina el área de Seguridad Ciudadana de I-Ciudad.
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"Las dimensiones marcan distintas fortalezas y debilidades de cada comuna y de sus barrios, pero una cosa que encontramos en el análisis es que el hacinamiento impacta sobre muchas de los indicadores analizados. Una buena política de vivienda, fundamentalmente en los barrios de emergencia, va a traer mejores condiciones en lo que hace a la reducción de la conflictividad, de la inseguridad, de mayor matrícula escolar", profundizó La Ruffa.