El partido hubo de ser suspendido anteriormente en dos ocasiones hasta la elección por parte de la Conmebol del Santiago Bernabéu, el estadio del Real Madrid, para su celebración.
Los medios locales dedicaron reportajes a las aficiones de ambos equipos en la capital española, sin que se informase de incidentes de importancia; la jornada es descrita como tranquila y caracterizada por un ambiente festivo.
El partido está considerado de alta tensión y la Policía española extremó sus precauciones, llevando a cabo un despliegue especial de unos 4000 agentes.
El líder de los Barras Bravas del Boca, Rafael di Zeo, anunció anteriormente a través de su abogado, José Montoleone, su intención de no viajar a España, ya que cree que podría ser deportado, como ocurrió con Maxi Mazzaro, un hincha del Boca cuya entrada en España fue rechazada por las autoridades policiales.