Anteriormente, estaba enterrado en el cementerio de Darwin habilitado por el Reino Unido para sepultar a los combatientes de Argentina que murieron en el conflicto del Atlántico Sur en 1982.
36 años después, María Cristina Scavarda, la viuda del capitán, logró cumplir la promesa que había dado a su marido antes de la guerra: enterrarlo al lado de su hijo Gustavo, quien falleció de cáncer.
"Cumplí con él y siento paz", dijo la viuda. "Voy a llevar sus cenizas y las voy a desparramar junto a las de Gustavito en el cinerario de la Parroquia Sagrado Corazón, donde nos casamos hace ya casi 45 años".