En declaraciones a la Justicia Federal recogidas por el portal de noticias local G1 Palocci dijo tener "testigos, registros de llamadas y agendas" que prueban que entre finales de 2013 y principios de 2014 se reunió con el hijo del expresidente para tratar de estas remesas irregulares.

A cambio, el operador financiero, Mauro Marcondes, que actuaba para esas empresas, pagaría entre dos y tres millones de reales (más de 760.000 dólares) al hijo del expresidente.
Palocci dijo haberse sentido sorprendido con el comportamiento del expresidente: "Le pregunté porqué se involucró en eso y dijo: "Mira, como se trataba de mi hijo no quise liar a nadie, y utilicé a Mauro, que ya hizo eso en el proceso anterior", contó Palocci.
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El exminsitro aseguró que Lula conversó sobre estas medidas con la expresidenta Rousseff (que estaba gobernando en esa época), pero añadió que no sabe si la exmandataria estaba al corriente de las irregularidades.
Lula está imputado por corrupción pasiva en este caso desde septiembre de 2017; también fueron imputados el exministro y jefe del gabinete de Lula, Gilberto Carvalho, y otras cinco personas.
El expresidente está preso desde abril cumpliendo una condena de 12 años y un mes por delitos de corrupción y blanqueo de dinero relacionados con la recepción de un apartamento en Guarujá (Sao Paulo, sureste), de manos de la constructora OAS, una de las contratistas de la petrolera Petrobras.
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Además de este caso por el que ya fue condenado, el expresidente brasileño se enfrenta a otros procesos en el marco de la Operación Lava Jato que empezarán a ser juzgados en los próximos meses y que podrían aumentar sus años de prisión.