La Sociedad Química y Minera de Chile (SQM) es el mayor productor mundial de litio, la compañía representa casi una cuarta parte de la producción global. El productor chino adquirió casi el 24% de sus acciones. Otra gran parte proviene del segundo gigante de litio, la australiana Albemarle Corp, en el que Tianqi Lithium Corp también tiene una participación. Si a esto le sumamos su propia minería resulta que la empresa china controla el 70% del mercado mundial del metal.
El gigante asiático es un fabricante mundial de dispositivos electrónicos, computadoras y vehículos eléctricos. Para su producción se requiere el litio. Las propias reservas de China no son suficientes para satisfacer la demanda global ni siquiera para los autos eléctricos, explicó Liu Ying, investigador del Instituto Chongyang de investigación financiera de la Universidad Popular de China, en declaraciones a Sputnik.
"Dado que China es una fábrica global, es necesario satisfacer no solo la demanda interna de este metal, sino también utilizarlo para productos que tienen demanda en todo el mundo. Desde este punto de vista, aunque China tiene reservas propias de litio, es evidente que no son suficientes para satisfacer todas las necesidades de producción", señaló Liu Ying.
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Según el experto, los fabricantes extranjeros de litio están muy interesados en la cooperación con las empresas chinas, porque con la demanda de productos chinos aumentan los precios de las materias primas. Por lo tanto, esto sale rentable también para las empresas mineras de litio de otros países.
"La extracción del litio chileno y su suministro a China le proporcionan a China materia prima para la producción de baterías. Y luego estas baterías alimentan teléfonos inteligentes y autos en todo el mundo. Es un proceso de cooperación estrecha entre cadenas de producción globales, cadenas de valor y suministros. Y este proceso está dirigido a satisfacer la demanda de los consumidores finales de todo el mundo", afirmó.
Otro factor importante es que los yacimientos de litio más grandes de China están ubicados geográficamente de manera incómoda. Los lagos de sal de litio en Qinghai y el Tíbet contienen, según diversas estimaciones, hasta el 80% de todas las reservas de este metal en el país. Pero están ubicadas en áreas montañosas remotas, donde el transporte está poco desarrollado. Por lo tanto, sale muy costoso organizar una producción industrial en estos campos, y resulta más barato importar.
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Además, China quiere controlar el mercado global de materias primas tan necesarias para todo el mundo.
Liu Ying, investigador del Instituto Chongyang de Investigación Financiera de la Universidad Popular de China, está seguro de que "la demanda de litio solo crecerá en el futuro".
"El mundo está abandonando poco a poco el petróleo en favor de nuevas fuentes de energía, principalmente electricidad. Sin embargo, todavía no se han inventado mejores alternativas de litio para la producción de baterías de varios tipos. Es cierto que el litio puede convertirse en el 'petróleo del siglo XXI'. Así que ser un monopolista en este mercado es una perspectiva muy atractiva. Además, hay mucho menos litio en la Tierra que hidrocarburos", concluyó.