Este descubrimiento puede ayudar a entender el origen de los neutrinos de alta energía registrados anteriormente por el observatorio de neutrinos IceCube, instalado en la estación antártica Amundsen-Scott. La información sobre el descubrimiento se publicó en la revista Physical Review-D.
Al analizar los datos gamma obtenidos por el telescopio Fermi en altas energías —superiores a 300 GeV—, los investigadores de la MEPhI y sus colegas de la Universidad París Diderot (Francia), la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnologías y la Universidad de Ginebra (Suiza) descubrieron un nuevo elemento en el flujo de rayos gamma.
"Cuando la energía sea superior a 300 GeV, las señales provenientes de las fuentes que se encuentran fuera de nuestra galaxia estarán suprimidas debido a la absorción de la radiación gamma en el espacio entre las galaxias. Mientras, la radiación gamma en las distancias dentro de la galaxia casi no se absorbe. Así las cosas, la fuente del nuevo elemento debe encontrarse en nuestra galaxia", señala a Sputnik Dmitri Semikoz, uno de los autores de la investigación y profesor titular de la MEPhI.
Según el científico, las características del espectro del nuevo elemento son compatibles con el flujo de neutrinos extremadamente alto descubierto hace poco por el telescopio IceCube. Como los neutrinos se producen siempre con la radiación gamma con un espectro similar, los científicos supusieron que ambos espectros tienen un origen común.
Se podrá establecer qué modelo coincide con la realidad juzgando por la irregularidad de la señal en el curso de las investigaciones futuras. Si la desintegración de la materia oscura es la fuente de la señal es difícil sobreestimar la importancia de esta investigación. Mientras, hasta en caso de que se trate de una fuente astrofísica cercana, es posible que hayamos obtenido la oportunidad de encontrar la fuente de los rayos cósmicos que producen los neutrinos y la radiación gamma registrados.
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El telescopio subacuático Gigaton Water Detector, con un volumen de un kilómetro cúbico, está siendo construido hoy en el fondo del lago Baikal, en Rusia. Se prevé que, en 2020, el telescopio del Baikal sea compatible por sensibilidad con IceCube. El telescopio del Baikal es más apropiado que IceCube para observar la parte central de nuestra galaxia, dado que está instalado en el hemisferio norte —los investigadores de los neutrinos en la Antártida observan las partículas literalmente a través de la Tierra—.