De acuerdo con el autor del artículo para la revista digital Motor, Serguéi Kornéyev, el punto de partida de la historia del automóvil eléctrico ruso se remonta al año 1834, cuando el inventor ruso Borís Yacobi creó el primer motor eléctrico del mundo con posibilidad de aplicación práctica. El sistema ideado para conmutar y cambiar la polaridad de los electroimanes se sigue utilizando hasta la fecha en los motores de tracción.
En 1889, el ingeniero ferroviario Ippolit Románov creó el primer automóvil eléctrico ruso. De acuerdo con sus dibujos, se armaron dos prototipos: de tipo abierto y cerrado.
Las baterías se colocaban de manera vertical y se distinguían por placas delgadas y muy ligeras. El compartimiento de las baterías estaba ubicado debajo del asiento del conductor. Dos motores independientes del diseño de Románov alcanzaban una potencia de 4,4 kW cada uno o 6 hp.
El auto pesaba 720 kg, de los cuales 350 kg eran de las baterías. Para comparar, un automóvil eléctrico francés similar Jeantaud tenía una masa de 1.440 kg (con 410 kg de baterías).
Sin embargo, resultó imposible organizar la producción en masa del primer electroauto ruso, en particular, porque los bomberos prohibieron la electrificación de los cobertizos donde se guardaban los vehículos.
En 1899, se construyó un ómnibus eléctrico para 15 personas. Dos motores con una potencia total de 12 hp recibían energía de 44 baterías, suficiente para recorrer unos 60 kilómetros y alcanzar una velocidad de 19 km/h, el peso era de 1600 kg.
En 1902, se montó un ómnibus eléctrico de 20 plazas destinado a los hoteles, en la fábrica de Moscú Dux. Se destacaba por unas llantas neumáticas.
En 1935, se construyó el primer vehículo eléctrico soviético sobre la base del automóvil GAZ-A. En el mismo año, se creó un camión de basura eléctrico basado en ZIS-5. Podía transportar dos contenedores con basura de 1800 kg. La velocidad máxima del vehículo era de 24 km/h.
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El 1948, se construyeron los vehículos eléctricos NAMI-750 con una capacidad de carga de 500 kg y NAMI-751 capaces de transportar 1500 kg de carga. Podían recorrer 55-70 km con una velocidad máxima de 30-36 km/h. Cuatro muestras de NAMI (Instituto Central de Investigación Científica de Automóviles y Motores de Automóviles) se utilizaron para transportar correo en Moscú.
En 1957, NAMI creó el primer autobús eléctrico soviético sobre la base del trolebús SVARZ para reequipar el Centro Panruso de Exposiciones. En un bus eléctrico cabían 70-80 personas y podía recorrer 55-70 km a una velocidad de 36 km/h.
En los años 70, se hicieron los primeros intentos de fabricar un vehículo eléctrico basado en productos de VAZ (Lada) y se llevaron a cabo muchos experimentos. El principal obstáculo fue un gran consumo de energía para la calefacción interior en invierno.
En 1979, la planta automotriz en Riga produjo el RAF 2910. Este automóvil eléctrico fue utilizado para árbitros en las competiciones de carrera en los Juegos Olímpicos de 1980 en Moscú. Era capaz de recorrer 100 km a una velocidad media de 30 km/h. Pero el problema principal aún no estaba resuelto: la creación de una batería más ligera y de mayor capacidad que la de plomo-ácido.
Para resolver este problema, algunos autos recibieron un techo de paneles solares.
En la actualidad, Rusia también desarrolla activamente vehículos eléctricos. En particular, el consorcio ruso Kalashnikov está elaborando un superauto eléctrico que podría dejar atrás a las empresas líderes del sector.
La capital rusa, Moscú, prevé sustituir los autobuses tradicionales por autobuses eléctricos, a partir del año 2021.
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