El hecho fue posible gracias al accidente que sufrió el bloque acelerador ruso Fregat-MT en 2014.
El 22 de agosto de 2014, el lanzador ruso Soyuz ST-B equipado con el bloque acelerador Fregat-MT, despegó desde el centro espacial de Kourou en la Guayana Francesa para llevar a la órbita dos satélites europeos.
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— ESA España (@esa_es) 5 декабря 2018 г.
Debido al mal tendido de la tubería por la que circulaba el combustible, este se congeló y el Fregat-MT no logró colocar los satélites en la órbita programada.
"Dos equipos europeos de físicos fundamentales trabajaron paralela e independientemente y consiguieron mejorar cinco veces la exactitud de la medición del efecto de la gravedad sobre el tiempo, conocido como desplazamiento hacia el rojo gravitacional", dice la nota.
Los datos necesarios fueron obtenidos de los dos satélites del sistema Galileo que vuelan en órbitas elípticas alargadas.
Los resultados de la investigación han sido publicados en la revista Physical Review Letters.
En 2014 los satélites quedaron insertados en órbitas alargadas imprevistas y por esta razón no se utilizan como estaba pensado.
"Cada uno de los satélites sube y baja unos 8.500 kilómetros dos veces al día, y precisamente esos desplazamientos verticales —y por consiguiente el nivel de gravedad— hicieron que los dos aparatos se convirtieran en valiosos objetos de investigación científica", subraya el comunicado.
Para comprobarlo, Estados Unidos lanzó en 1976 el satélite Gravity Probe-A y confirmó esa teoría.
En 2017 se anunció que el observatorio espacial ruso Spektr-R (forma parte del proyecto RadioAstron) confirmó la certeza de las predicciones sobre la teoría de la relatividad general de Einstein, según la cual el tiempo transcurre de manera diferente en diferentes condiciones de gravedad.