Entre Rusia y Ucrania no existe actualmente un vuelo directo, por lo que la ruta más frecuente hace escala en Minsk, la capital bielorrusa. En total, 144 rusos han regresado a Minsk desde el 26 de noviembre.
Sputnik habló con algunas de las víctimas de la nueva prohibición que contaron cómo las autoridades ucranianas les cerraron el paso al país pese a tener todos los documentos necesarios.
"Volamos a Kiev desde Minsk. Pasamos por el control de pasaporte, donde nos pidieron que llenáramos una tarjeta de migración. Una empleada del control fronterizo preguntó cuál era el propósito de mi viaje y le expliqué que iba a una exposición. Ella me preguntó si tenía una invitación y se la proporcioné", contó Serguéi Malinin, gerente de marketing de una fábrica de cosméticos.
"Todas las personas eran diferentes, es decir, había una familia con niños pequeños, personas mayores, alguien había llegado por trabajo, una mujer era abogada y estaba acudiendo a un tribunal por una citación judicial", continuó Malinin.
Todos los 36 ciudadanos rusos tuvieron que pasar una entrevista con preguntas sobre la última vez que visitaron Ucrania, Crimea, Lugansk, Donetsk; el propósito del viaje; quién les iba a buscar en el aeropuerto; cuánto dinero llevaban y si habían servido en el Ejército ruso.
El psicólogo Mijaíl Zubkó confirmó toda la información y señaló que tras una espera bastante larga, a los ciudadanos rusos les devolvieron los pasaportes con exactamente la misma frase: "no se ha mostrado el plan de estadía en el territorio de Ucrania".
"Tenía una reserva de boletos de vuelta desde el 2 de noviembre, es decir, los compré el 2 de noviembre para el 30 de noviembre. ¿Cómo podría ser un viaje no planeado?", se indignó el psicólogo.
Las restricciones con respecto al ingreso al país de hombres con ciudadanía rusa entre los 16 y los 60 años de edad fueron informadas por el propio presidente ucraniano, Petró Poroshenko, en un tuit.
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El deterioro de las relaciones entre Moscú y Kiev tomó un nuevo impulso cuando las autoridades ucranianas decretaron el 29 de noviembre la ley marcial a lo largo de la frontera con Rusia, así como en las costas del mar Negro y el mar de Azov por 30 días, luego de que Moscú incautase dos lanchas cañoneras y un buque remolque que navegaban en dirección al estrecho de Kerch, el único acceso al mar de Azov.