El mercado latinoamericano de granos es uno de los más potentes del mundo, con casi 240 millones de toneladas anuales y por ende, uno de los grandes mercados de fertilizantes, con un consumo de cerca de 24 millones de toneladas en 2017, de las cuales Brasil tiene un 64%.
"Los primeros pasos de PhosAgro fueron en Brasil, donde abrimos una oficina hace tres años. Esto fue un paso orgánico que correspondía al cambio del modelo de vender con proveedores a vender con un distribuidor. La experiencia fue muy buena, aumentamos nuestros clientes a más de 300", comentó el director de la empresa, que tiene una participación del 11% en el mercado regional de estos productos, y que coloca en Brasil el 57% de sus ventas a América Latina, según datos suministrados por la compañía.
Los fertilizantes de fósforo son considerados hoy los más ecológicos del mundo, porque no tienen metales pesados, destacó Gúriev.
"Hay una nueva tendencia mundial: todos miramos en nuestro plato qué comemos y por eso es importante saber que nuestros vegetales y productos agrícolas se hayan cultivado con fertilizantes minerales ecológicos, y PhosAgro es prácticamente el único que los produce", informó el empresario.
El segundo mercado es Argentina, donde los fertilizantes representan 22% de las exportaciones rusas al país. En 2017 se eliminó el impuesto para el ingreso de los fertilizantes minerales, en particular, fertilizantes de fósforo, lo cual fue muy importante para las perspectivas comerciales.
La experiencia de PhosAgro en el país ha sido muy buena: desde 2013 hasta 2017 la venta de fertilizantes más que se duplicó, según datos de la empresa. "Este año, aumentamos la venta de fertilizantes en los primeros seis meses hasta 135.000 toneladas, un crecimiento del 25% en relación con el año anterior, y planeamos terminar el año con una cifra de 170.000 a 180.000 toneladas. En perspectiva esperamos llegar a vender entre 200.000 y 230.000 toneladas", agregó.
Nuestro plan es llegar al 15-20% del mercado argentino de fertilizantes basados en fosfato complejo. Esta es una cifra posible. La apertura de una representación en Argentina es un paso para estar más cerca de los clientes, de los productores, y directamente presentar no solo un commodity sino otros productos", agregó.
Gúriev señaló que cuando el actual Gobierno de Mauricio Macri, en el cargo desde diciembre de 2016, eliminó los controles al dólar, el uso de fertilizantes se duplicó. "Este es un signo muy importante. Por eso creemos que el mercado va a crecer y nosotros con ese mercado".
Ante la llegada del nuevo Gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil a partir del 1 de enero, Gúriev cree que esto no afectará negativamente: "Creemos que el [nuevo] presidente está orientado a mejorar el clima de negocios y la infraestructura. Hace dos años también en Brasil se eliminaron los impuestos para los fertilizantes minerales, una señal muy buena, en especial para los productores brasileños".
"Hoy el mercado está abierto para nosotros, crece. No hablo de las relaciones con Rusia, sino de negocios. Los empresarios en Brasil ven positiva la apertura del país y más inversiones en infraestructura. Esto va a ser una señal de que la demanda de fertilizantes minerales y la agricultura van a crecer incluso a un ritmo más rápido".
Gúriev destacó el hecho de que Rusia aumentó la cuota de la importación de carne brasileña, lo cual se expresa positivamente en las relaciones entre los dos países.
Infraestructura, impuestos y ambiente de negocios, los mayores obstáculos
En Argentina, Gúriev señaló como uno de los principales problemas que impide a muchos proveedores competir con las grandes empresas comercializadoras, la ausencia de nuevos puertos con zonas francas para tener depósitos de los productos sin pagar el impuesto al valor agregado (IVA).
"Por lo tanto no se debe pagar el IVA, pero según entiendo, en la provincia de Buenos Aires ya hay dos: en la misma ciudad de Buenos Aires y en La Plata y en la provincia de Santa Fe, donde se encuentran la mayoría de los puertos propuestos, la zona franca ya existe y la opera exclusivamente una compañía extranjera", continuó.
Por lo tanto, la construcción de nuevas instalaciones para atraer nuevos proveedores "está en esencia bloqueada por intereses comerciales. Si yo voy con mi producción a ese puerto, descargo mis fertilizantes minerales u otro producto, que Rusia pueda exportar aquí, debo nacionalizar la mercadería y pagar automáticamente IVA una vez. Y cuando se vende el producto nacionalizado a los distribuidores o a otros, se vuelve a pagar el IVA. Es una doble imposición y se pierde totalmente el sentido comercial porque no se puede competir", agregó.
Otro problema son los trámites y el tiempo que ocupan: "Nos demoramos cuatro meses para abrir la oficina en Buenos Aires, no puedo decir que como en otros países, pero de cualquier manera es mucho", lamentó.
En el marco del G20, uno de los problemas más discutidos en Buenos Aires es la perspectiva de una guerra comercial entre Estados Unidos y China. ¿Qué gana o pierde Rusia en estas guerras comerciales y cómo se refleja en el negocio de fertilizantes?
Para Gúriev, las guerras comerciales empiezan con aranceles y cierre de fronteras, y terminan con guerras de divisas. "Uno de los mayores riesgos, según los expertos, es la guerra comercial entre China y Estados Unidos: es impredecible y no se sabe a dónde puede terminar, porque son las dos mayores economías del mundo y cualquier tensión entre ellas se refleja en todos. Si esto se prolonga mucho, temo que pueda llevar a una caída de la economía mundial".
Sanciones a Rusia
Las medidas adoptadas contra Rusia por la Unión Europea y Estados Unidos son otro de los temas que afectan a los negocios. "Si se cuentan todas las sanciones, van como 62 en todo este tiempo y siempre estamos en espera de nuevas", destacó Gúriev.
A pesar de las sanciones, si se ven los indicadores económicos de Rusia, el país es "una de las naciones más fuertes desde el punto de vista de las reservas, de las potencialidades, del nivel de deuda y del crecimiento".
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"En mis relaciones con los empresarios europeos y estadounidenses, dicen que están cansados de estas sanciones", comentó.
"Con o sin sanciones, PhosAgro invirtió 500 millones de dólares anuales en los últimos cinco años y pensamos continuar porque entendemos que somos los más efectivos en este negocio y por eso crecemos, independientemente de las sanciones y de las tensiones económicas que existen hoy", concluyó.