"Lo que la ONU señala es que el cultivo de amapola aumentó 21% en México, de 2016 a 2017, es decir 5.400 hectáreas más, pero su recomendación es la erradicación y reemplazo por cultivos lícitos, descartando la estrategia anunciada por próximo gobierno de regularizar la producción de esa droga para el uso médico", dijo Reveles.
Entre 2015 y 2016, la superficie cultivada con amapola en México alcanzó 25.200 hectáreas, mientras que, en el siguiente periodo, 2016-2017, se registraron 30.600 hectáreas, según el informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, en inglés) elaborado en conjunto con el gobierno mexicano.
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Revele señala que ese balance de la ONU "se queda corto, porque las autoridades de EEUU ya colocan esa cifra en 41.000 hectáreas", según datos de la agencia antidrogas (DEA, por siglas en inglés).
"Con esa producción y las mejoras en la calidad de la heroína mexicana, este país ha pasado a ser el principal proveedor del mercado mexicano a EEUU", que atraviesa una crisis por consumo de productos de opio.
Sin mencionar los planes del próximo Gobierno, el plan de la UNODC consiste en "reconocer las necesidades y vulnerabilidades de las comunidades locales afectadas, y a través de una cooperación regional e internacional renovada y fortalecida", que según Reveles es insuficiente por el alto rendimiento de los cultivos ilícitos.
Una autorización difícil
Los planes de López Obrador contemplan convocar a una reunión internacional a través de la ONU para actualizar leyes obsoletas de la década de 1970, resume el especialista.
Las intenciones de las próximas autoridades mexicanas consisten en producir medicamentos para el dolor y anestesias quirúrgicas, "porque el remplazo de cultivos lícitos que recomienda la ONU ha demostrado ser inútil, debido a las ganancias son exorbitantes de la amapola", explica Reveles.
Esas ganancias son elevadas, pese a una disminución por la saturación del mercado con suministros procedentes de México, que dejó de producir la "heroína café"; y ya puede fabricar la llamada "china white", más blanca y sin impurezas, desplazando a los proveedores asiáticos.
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El origen de la mitad de esa droga mexicana está en las plantaciones de las montañas de Guerrero (sur) y el llamado "Triángulo Dorado", que forman los estados de Sonora, Durango y Chihuahua, en el norte del país.
Pero a diferencia de la marihuana, que se ha legalizado en varios países como Uruguay y estados de EEUU, una autorización de la ONU sobre opioides para México, "enfrentará una gran resistencia internacional, porque ningún país de América la tiene", puntualizó Reveles.
En cambio, las recomendaciones de la ONU apenas hablan de una mejor comprensión de los aspectos socioeconómicos, asociados a los cultivos ilícitos de amapola en el país y las políticas recomendadas por el organismo mundial se limitan a frenar su expansión mediante el desarrollo sostenible de alternativas legales, agregó.
