Datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés), publicados este 29 de noviembre, estiman en 273.000 la tasa de migración neta (la diferencia entre las entradas y las salidas permanentes) en los 12 meses hasta junio de 2018.
"Están llegando menos ciudadanos de la UE, pero la migración neta de no comunitarios es la más elevada desde 2004", señala Jay Lindop, director del Centro de Migración Internacional de la ONS.
Pero la inmigración neta de nacionales de la UE se estima en 74.000, el nivel más bajo desde 2012.
"Emigrar es una decisión compleja y una variedad de factores habrá influido en la decisión de la gente de irse o mudarse al Reino Unido", advierte Lindop.
No obstante, la caída de esta tasa parece consecuencia del llamado "bréxodo" (retorno a casa de los comunitarios) y la percepción de que el Reino Unido ha dejado de ser un destino de trabajo o estudios atractivo para ciudadanos de la UE.
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En cambio, la inmigración procedente de otros países se disparó a 248.000 personas, la cifra más alta desde 2011.
"Se han registrado incrementos tanto por trabajo como estudios de la migración neta no-UE en el año más reciente, particularmente de ciudadanos asiáticos", apunta el experto de la ONS.
El Gobierno conservador de Theresa May mantiene el objetivo de reducir la migración por debajo de los 100.000 individuos al año.