Según los datos anunciados por Enrique Calderón Alzati, presidente de la fundación Rosenblueth que organizó la consulta, participaron 946.081 personas de un total de 89 millones que conforman el electorado, lo que representa poco más de un 1%.
El 89,9% de los participantes en la consulta votaron 'Sí' al Tren Maya, mientras que un 6,6% optó por el 'No', y un 3,6% anuló su voto. Como señaló May, un 90,3% apoyó el tren trans-ístmico (en el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca) y un 91,6% dijo que sí a la construcción de la refinería dos bocas, en Tabasco.
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"Si bien varias comunidades de Yucatán donde se realizó la consulta, votaron a favor del Tren Maya, no podría decir que esa cantidad de votos sea representativo de ese municipio", agregó.
El antropólogo e historiador comentó acerca de los casos de dos cabeceras municipales de Yucatán, Cacalchén y Tixkokob, cercanas a Mérida (la capital del estado) donde ganó el 'Sí' al Tren Maya, pueblos por donde pasa la vieja vía: "Un tren no es nada nuevo en la vida de la población local y en las entrevistas que hemos hecho, estos pueblos yucatecos recordaban con cariño y nostalgia cuando se trasladaban en ferrocarril", explicó a Sputnik.
Según reportó la periodista Ángeles Mariscal, en Chiapas, otro de los estados afectados por el proyecto, las organizaciones indígenas no participaron de la consulta. May agregó que en Yucatán hay "una confianza total de lo que venga del Estado paternalista. Hay confianza en las promesas que da el Gobierno y en la lista de deseos del Tren Maya", sostuvo.
El intelectual maya señaló que se trata de una "lista de deseos" porque no se tiene información veraz y crítica del proyecto, salvo por spots publicitarios. Y sostuvo que no va a ser tan sencillo echarlo a andar cuando se baje al territorio.
"La antigua vía del tren está a escasos metros de casas habitación, hay familias viviendo allí. Habrá un impacto social para estas familias que deberán ser reubicadas. Y si no se utilizarán esas vías, se van a tener que crear otras y desviarlas de esos pueblos", dijo en diálogo con Sputnik.
Una consulta legal
El futuro Gobierno ya anunció que el fondo nacional de fomento al turismo (Fonatur) y el futuro Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) estarán a cargo de hacer una nueva consulta específica para los pueblos indígenas que serán afectados por el megaproyecto.
"En el proceso de consulta van a florecer los problemas porque no existe todavía conciencia de lo que sucederá. Estamos pensando en un tren como se tenía anteriormente pero según se anunció, sólo se reactivarán las estaciones seleccionadas como destinos turísticos", dijo Ezer May a Sputnik.
"Deberían rehabilitarse todas las estaciones si se quiere que la población sea usuaria del tren y no el turista", agregó. El antropólogo social e historiador explicó a Sputnik que espera que la nueva consulta se haga siguiendo los lineamientos internacionales y que se abra un diálogo con las poblaciones locales.
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"La gente pide que la escuchen y que le expliquen las cosas de forma de entendernos, en su idioma materno, para poder expresar dudas y sospechas, de forma que sea culturalmente adecuada. Si se hace otra consulta de Sí o No, difícilmente se consiga ese diálogo", expresó.