La sílice constituye más de la mitad de la corteza terrestre y se encuentra en la mayor parte de la arena, también la utilizamos para construir vidrio y hormigón.
Antes, los investigadores habían sido incapaces de detectar definitivamente sílice en los remanentes de las supernovas. Rho logró encontrar la "huella dactilar" espectral por primera vez al suponer que los granos de sílice no eran de forma esférica, como se creía antes. La actualización del modelo produjo datos claros que muestran la presencia de sílice en el universo.
Según un reciente comunicado de prensa del Instituto SETI, el estudio "confirma que cada vez que miramos por la ventana, bajamos por la acera o pisamos una playa de guijarros, estamos interactuando con un material hecho por las estrellas que explotaron y se quemaron hace miles de millones de años".
El nuevo trabajo implica que la sílice producida por las supernovas con el tiempo fue lo suficientemente significativa como para contribuir al polvo en todo el universo, incluyendo el polvo que finalmente se unió para formar nuestro planeta natal.
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