Una vez violadas las aguas territoriales de Rusia, los barcos de escolta de la guardia costera y la Flota del Mar Negro se encargaron de acompañar a los navíos.
Tres buques de la Marina de Guerra ucraniana —las lanchas artilladas Berdiansk y Nikopol y el remolcador Yani Kapu— realizaron maniobras peligrosas y desobedecieron cuando los barcos de guardia rusa les ordenaron parar de inmediato.
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En esta situación, los guardacostas rusos se vieron obligados a usar armas y causaron heridas a varios tripulantes ucranianos: tres, según Moscú, y seis, según Kiev. Los heridos recibieron atención médica y no corren peligro.
Las autoridades rusas calificaron la actividad de los buques ucranianos de provocación premeditada.