Según la policía, una persona denunció el hallazgo de una aguja en las fresas que había comprado el 24 de noviembre por la mañana en un supermercado de la ciudad de Geraldine.
El dueño del establecimiento, Garry Sheed, dijo que los consumidores se habían llevado todas las fresas el sábado. No especificó si las frutas eran de Nueva Zelanda o de Australia
Por su parte, el Ministerio neozelandés de Industrias Primarias dijo que la persona que descubrió la aguja no sufrió daño y que el supermercado retiró todas las fresas de sus estantes como precaución.
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No hay razones para creer que sea más que un caso aislado, según el ente.
La exsupervisora de la granja, My Ut Trinh, de 50 años, fue imputada de contaminación de alimentos y volverá a comparecer ante el tribunal a mediados de diciembre.
El rastro de su ADN había sido hallado en una de las dos agujas descubiertas en un contenedor plástico de fresas en el estado de Victoria.