Más de la tercera parte de los gobernadores del país manifestaron que les sorprende "la intención de supeditar el mecanismo de coordinación a la figura de los llamados Coordinadores Estatales del Gobierno Federal, y colocar a los gobernadores y fiscales de los Estados como meros invitados", dijeron en un comunicado tras la aprobación de esa figura por votación del pleno del Senado.
Los gobernadores que se oponen consideran la figura como una centralización del poder que es "un desdén inaceptable para nosotros", dice el comunicado conjunto.
"La colaboración no debe ser entendida como sometimiento de los órdenes locales de Gobierno" al presidente en turno, dijeron los gobernantes 12 estados en un pronunciamiento conjunto.
La relación con los estados federados autónomos, según la Constitución mexicana, debe responder a "las prioridades regionales, debe definirse de manera conjunta, considerando las condiciones particulares de cada entidad federativa, que no se imponen desde el centro", indica el comunicado.
Los gobernadores expresaron, además, su rechazo a la estrategia de combate a la delincuencia organizada, para lo cual el mandatario electo plantea mantener los despliegues de las fuerzas armadas y crear una Guardia Nacional militarizada.
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Un día después de que el nuevo Senado aprobara la creación de esa figura, los gobernadores del PAN dijeron que "la colaboración en materia de seguridad debe abordarse de manera institucional, por encima de las diferencias ideológicas", dice el mensaje al presidente electo.
En el Senado hay mayoría en ambas cámaras del partido de López Obrador el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena, izquierda)
La bancada en el Senado del partido del presidente Enrique Peña Nieto también rechazó la reforma que da luz verde a los representantes presidenciales para coordinar el gasto público federal en las provincias y crea la nueva cartera de Bienestar Social, que reemplazará a la secretaría de Desarrollo Social.
El Partido Revolucionario Institucional, del presidente saliente, estima que lo que busca López Obrador es "el control absoluto de todo el quehacer público, expresado en los estados, en una primera instancia, para luego llevar agua al molino electoral".
El dictamen para modificar la estructura del Poder Ejecutivo Federal fue aprobado en el Senado con 72 votos a favor de Morena y sus aliados y con 46 en contra, sin abstenciones.