En 2015 y 2016, por primera vez en 50 años, EEUU experimentó reducción en la esperanza de vida de sus ciudadanos, producto de traumatismos no intencionales, entre los que se incluyen el abuso de sustancias psicotrópicas. Solamente en 2016 murieron 63.632 personas por sobredosis de droga, la cifra más alta desde que se tienen registros, superando en un 21% el año anterior.
El uso de fentanilo, mezclado con heroína y otras sustancias como la cocaína, éxtasis, metanfetaminas, ketamina, LSD y GHB (drogas de club), unido al uso no médico (recreativo) de sedantes hipnóticos como benzodiazepinas, sintetiza una variedad de cocteles letales que han acabado en menos de un año con la vida de miles de norteamericanos, mucho más que todas las bajas en todos los combates que ha tenido EEUU luego de la Guerra de Vietnam.
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Ahora bien, entre las más de 60.000 víctimas durante 2016 de este flagelo en EEUU no se cuentan las causadas por accidentes de tránsito, la violencia generada por el consumo y tráfico, las enfermedades derivadas del hábito y por qué no, los tiroteos, ataques masivos y los crímenes de odio que ya son habituales en esas tierras.
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Asimismo, a pesar de la ocupación por parte de Estados Unidos de la República de Colombia, donde se establecieron ocho bases militares, no se ha reducido la producción de cocaína; al contrario, ha aumentado más de un tercio con respecto a 2015, estableciendo un nuevo record de producción en 866 toneladas del alcaloide. En el territorio neogranadino se ha destinado el 69% de las 213.000 hectáreas que se cultivan con arbusto de coca en el mundo.
Es histórico el papel de la droga en las intervenciones estadounidenses en distintos lugares de la Tierra, desde Oliver North y la 'Contra' en Nicaragua, pasando por Frank Lucas y sus ataúdes llenos de droga desde el sudeste asiático, hasta las 'entregas controladas' que acostumbra la DEA con la anuencia de Gobiernos alineados a los intereses de Washington.
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Todos estos alarmantes datos, sumado a los ataques masivos que se han suscitado y casi han inhibido la capacidad de asombro en cuanto a la violencia y al número de víctimas, la tenencia de armas, hace pensar, que EEUU está siendo puesto en jaque por su adicción a la droga y al dinero que ella produce, convirtiéndolo por supuesto en un narcoestado.
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