Este paso fue dado por Pekín en vísperas de la reunión que los mandatarios de China y EEUU, Xi Jinping y Donald Trump, respectivamente, sostendrán en el marco de la cumbre G20 en Buenos Aires.
Estos ejercicios, así como el vuelo de dos bombarderos estadounidenses B-52 cerca de las islas en disputa situadas en el mar de China Meridional, podrían dar suficientes motivos para que Pekín no autorice la entrada del USS Ronald Reagan en el puerto de Hong Kong.
No obstante, en Pekín decidieron no escalar la tensión con EEUU en vísperas de la reunión de los líderes de ambos países. Al autorizar esta entrada, China mostró a EEUU su buena voluntad, considera el director del Centro de Seguridad Regional de la Academia de Ciencias Sociales de China, Yang Danzhi.
"Existen evidentes discrepancias en las relaciones chino-estadounidenses acerca de las cuestiones importantes. China aplica todos los esfuerzos para lograr una distensión con EEUU. Este permiso hasta cierto punto es el reflejo de su buena voluntad para mejorar las relaciones con el país norteamericano", explicó.
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Según Danzhi, esta actuación de China requiere una respuesta amistosa por parte de EEUU.
"Sería incorrecto que solo China transmitiera su buena voluntad. La parte estadounidense también tiene que respetar los intereses de China y no debe violarlos", recalcó.
El permiso de China otorgado a la tripulación del portaviones estadounidense simboliza no solo su disposición pacífica sino su seguridad en sus propias fuerzas, consideró el politólogo ruso, Ígor Shatrov.
"China no tiene nada que temer. Posiblemente esté lista para presentar a sus potenciales rivales sus capacidades. No se excluye la posibilidad de que el grupo de naves estadounidenses pueda encontrarse en Hong Kong con los buques militares chinos. Será una buena demostración de las fuerzas navales de China y de su seguridad: de que siempre podrá defender sus intereses tanto en el mar de China Meridional como en la guerra comercial con EEUU", destacó.
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Según Shatrov, las actuales actividades emprendidas por China con el objetivo de desarrollar su propia flota no pueden ser comparadas con las que se hacen actualmente o las que han sido realizadas por otros países en los últimos cien años.