"No podemos afirmar que [las nuevas sanciones] pasen inadvertidas o tengan cero efecto sobre la economía rusa, desde luego que no, pero tampoco cabe sobrestimar tal efecto: la mayoría de los escenarios prevén que será mucho más débil que el que observamos en 2014 y 2015", declaró el director de Investigación y Previsiones del Banco Central, Alexandr Morózov, al intervenir en un foro financiero organizado por el diario Vedomosti.
Desde 2014, la Unión Europea, EEUU y varios países de su órbita mantienen una serie de restricciones sectoriales contra Rusia por su supuesta implicación en el conflicto del este de Ucrania, reiteradamente negada por Moscú.
A principios de agosto pasado, varios senadores estadounidenses plantearon extender las sanciones a nuevas emisiones de deuda y a los bancos controlados por el Estado ruso.
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El pasado 27 de agosto, EEUU puso en marcha una nueva batería de sanciones económicas contra Rusia, esta vez por el supuesto uso de armas químicas contra el exespía Serguéi Skripal, a pesar de que altos funcionarios rusos subrayaron en más de una ocasión que el país no tiene nada que ver con el envenenamiento en Salisbury.
En noviembre, el Departamento de Estado anunció la intención de avanzar con la imposición de sanciones adicionales contra Rusia, acorde a la Ley de Eliminación de Guerra y Control de Armas Químicas y Biológicas (CBW) de 1991.
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La segunda batería podría incluir la degradación de las relaciones diplomáticas, la suspensión de los vuelos de Aeroflot a EEUU y el cese del comercio bilateral.