El Gobierno chino requiere que una considerable parte de sus productos e importaciones en el 2019 cumpla con los estándares ecológicos. Esta demanda también supone la posibilidad del crecimiento de esta meta en el futuro, escribe la agencia Bloomberg.
"La presión se está escalando. Este modelo puede ser útil para otros países, es capaz de cambiar las reglas de juego globalmente", comentó Yunshi Wang, director del Centro chino para Energia y Transporte en la Universidad de California en Davis, EEUU.
Mientras que el presidente Donald Trump está retirando su apoyo al desarrollo de combustibles alternativos, China está buscando tomar el liderazgo en la futura electrificación de los automóviles, según Bloomberg.
"Eso ayudará a Pekín a reducir su dependencia de las importaciones de petróleo y acabar con el esmog en sus ciudades. También ayudará a los productores domésticos a lograr las experiencias necesarias en la fabricación de autos [ecológicos]", escriben los autores del artículo.
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Si se toma en consideración el tamaño del mercado chino —el más grande del mundo para autos comunes y vehículos eléctricos- las empresas tendrán que darse prisa para alcanzar las metas fijadas por el Gobierno.
BMW AG, que vende la mayor parte de sus coches en China, ya produce en este país asiático dos vehículos híbridos conectados a la red y planea manufacturar en 2020 dos coches totalmente eléctricos, incluido un iX3 SUV.
"Para los productores de automóviles globales está claro que los políticos en Pekín y no los de Washington están sentados en el asiento del conductor" en lo que se refiere al desarrollo de autos eléctricos, concluyen los autores.
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