La nave espacial, que se creó para competir con el 'Shuttle' de EEUU, fue puesto en órbita por el cohete 'Energia' y dio dos vueltas a la Tierra antes de volver a la superficie 205 minutos más tarde.
Uno de los hechos más llamativos de este vuelo fue que se realizó en modo completamente automático y fue controlado por las computadoras de a bordo que operaban con un software desarrollado específicamente para el Buran.
Esta proeza le aseguró un lugar en el Libro Guinness de los Récords como un logro único, puesto que antes nadie había conseguido hacer aterrizar las naves espaciales sin interferencia humana.
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