Según un nuevo artículo de The Sun, la duquesa de Sussex quería lucir en realidad la diadema con esmeraldas que más tarde usó la princesa Eugenia en su boda.
"Meghan tenía su corazón puesto en esa tiara con esmeraldas, y el príncipe Enrique se enfureció cuando se le dijo que era imposible para ella usarlo", dijo una fuente al periódico The Sun.
No obstante, más tarde usó la tiara de diamante y platino que fue elegida por la reina. Su primera elección fue imposible, ya que nadie sabía exactamente de dónde provenía el adorno, incluso podría ser que de Rusia.
Según la fuente del diario, "hubo un intercambio muy acalorado que llevó a la reina a hablar con Harry y explicarle que Meghan no podía tener lo que quería". "Ella llevará la tiara que yo le elija", aseguró la reina Isabel según el tabloide británico.
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Curiosamente, solo cinco meses después, la reina le prestó a su nieta, la princesa Eugenia, la misma tiara esmeralda de la discordia para su propia boda real.