La salida estaba marcada para las cinco de la mañana del 10 de noviembre. El metro de la capital mexicana les brindó varios vagones vacíos para trasladarse a la terminal norte (llamada Toreo-Cuatro Caminos) que durante las primeras horas del día se vio colmada.
"Vamos hasta el entronque Palmillas, allí y descansamos y mañana seguimos. No podemos adelantar a donde vamos porque no queremos que el grupo se desuna. Solo vamos a andar avisando el punto exacto", dijo a Sputnik, Xóchitl Castillo, la coordinadora elegida por el grupo que migra desde Nicaragua.
Pero la disgregación es un hecho: hay al menos cinco grupos de más de 1.000 personas viajando por México. Esta es la nueva forma de migrar desde Centroamérica: la gente que antes lo hacía de manera oculta y clandestina, espera ahora que se reúna un grupo grande y se lanza al camino, protegida por la masividad. Hay gente esperando para lo mismo en el cruce en Tecún Umán, según este reporte del periodista salvadoreño Félix Meléndez.
Hermanos centroamericanos
"Estamos molestos con la ONU porque no nos ha ayudado en nada", agregó Castillo en diálogo con este medio. Milton Benítez, un periodista hondureño que conducía un programa de televisión llamado El Perro Amarillo y fue sacado del aire lideró la movilización y el reclamo ante la oficina del Alto Comisionado en México para obtener autobuses para todos.
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Sin embargo, para la noche siguiente había abandonado al grupo y regresado a su país porque según dijo a Sputnik, el Gobierno hondureño presentó una orden de captura en su contra, aunque este dato no ha sido confirmado.
"¿Qué le cuesta a la ONU ceder los buses para llegar hasta Tijuana? Hemos tenido abortos y tenemos como cuatro que están con amenaza. Les estamos pidiendo por las mujeres que llevan niños, ancianos y hombres también que ya llevan llagas en sus pies", dijo Xóchitl Castillo a Sputnik.
"Esto es un grupo, somos familia, somos hermanos centroamericanos, ¿qué le costaba a la ONU? Sólo una llamada", continuó. Consultada sobre los anuncios del Gobierno de Donald Trump de acotar la posibilidad de pedir asilo sólo a las personas que se presenten ante alguno de los puertos de entrada al país, la coordinadora elegida por el contingente de nicaragüenses subrayó a Sputnik que el éxodo va con intención de respetar la ley estadounidense y apegarse al procedimiento de solicitud de refugio.
"Le dijimos a los compañeros que los que quieran entrar legalmente tienen que pasar por el puente. Algunos compañeros dijeron que se van a entregar a pedir asilo y otros que prefieren tirarse [cruzar ilegalmente] pero ahí ya no respondemos, porque Trump dijo que los que se tirasen serían deportados", agregó.
Seguir al norte
Durante la entrevista, Castillo coordinaba la subida de la gente en autobuses de línea a la salida del metro Cuatro Caminos en la Ciudad de México que fueron abordados, sobre todo, por familias y personas que viajan con niños.
El éxodo ha acelerado su marcha: en los estados del sur de México, avanzaba a un promedio de 50 kilómetros por día, pero ahora se plantea recorrer distancias de más de 100 kilómetros, lo que acelerará su llegada a la frontera.
Cuando este texto se escribe, la vanguardia del éxodo va llegando a Nayarit, donde le esperan otros 2.000 kilómetros hasta Tijuana, el puerto de entrada elegido para entregarse a las autoridades migratorias estadounidenses. Se calcula que el éxodo llegará a la frontera en la última semana de noviembre.
En Tepotzotlán, la empresa de autobuses Coordinados-Primera Plus ofreció un descuento de 100 pesos (5 dólares) en el costo regular de su pasaje hacia Querétaro para los integrantes del éxodo. A las nueve de la mañana del 10 de noviembre, según confirmó una de sus trabajadoras a Sputnik, habían viajado 300 personas en grupos de a 15.
Uno de ellos era Marvin Gómez, un hondureño de 22 años, que fue deportado en 2017 tras ser detenido trabajando como chofer sin tener licencia de conducir. "Me fui a EEUU cuando tenía 12 años, y cuando me agarraron esta vez yo era un dreamer", contó a Sputnik.
Es notoria la presencia de población joven en el éxodo. Muchos con sus hijos y otros, como Marvin, que viajan a reunirse con ellos. "Tengo una niña de dos años y un niño de un año [era un recién nacido cuando Marvin fue deportado] pero a ellos [las autoridades migratorias estadounidenses] no les importó que quedaran solos con su mamá", relató el joven hondureño. "Ellos me necesitan, necesitan de su padre y que su padre al menos les lleve la comida, por eso voy a llegar allá. Voy con toda mi fuerza echándole pa' lante para estar con ellos".
El resto de la gente esperaba del otro lado de la caseta de cobro de peajes para abordar algún tráiler, haciendo fila. Policías y funcionarios del estado de México ayudaban a detener los camiones y a subir a la gente, que en su mayoría eran hombres jóvenes en este punto, aunque también viajaron en tráilers mujeres con niños.
En el estado de Querétaro, el grupo quedó disgregado en tres puntos distintos. Según información oficial brindada a Sputnik por el Gobierno de ese estado, 5.125 personas se alojaron en los alrededores del estadio Corregidora, otras 641 personas fueron alojadas en unas carpas ubicadas en el macro libramiento de Palmillas (a 66 kilómetros de la ciudad de Querétaro) y otras cinco personas durmieron en el centro cultural y de convenciones de San Juan del Río (a 55 kilómetros de la capital).
Según las autoridades, ellos pretendían que el éxodo se quedara en Palmillas y San Juan del Río, evitando su ingreso a una ciudad de alto poder adquisitivo como es Querétaro. Sin embargo, a partir del 9 de noviembre, comenzó a llegar gente de la vanguardia del éxodo que como en todas las otras ciudades de México, comenzaron a instalarse en la alameda central de la ciudad.
El Gobierno les puso camiones para trasladarlos al estadio Corregidora, en la periferia de Querétaro, donde no se les permitió el ingreso a las gradas, sino que durmieron en los pasillos y el parque alrededor del estadio. El viento y las bajas temperaturas de esa zona aislada, ubicada sobre un cerro, fueron la pesadilla de quienes pasaron allí dos noches.
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