El 7 de noviembre la JAEA detectó una fuga insignificante causada por el envejecimiento de la empaquetadura de caucho que debía garantizar la estanquicidad de un recipiente hermético.
Ninguno de los empleados resultó afectado, tampoco hubo daño al medio ambiente.
La actividad radioactiva fue de 833 becquerels mientras que las plantas nucleares del país están obligadas a informar al Comité sobre el Control de la Energía Atómica si la actividad radioactiva supera 370.000 becquerels.
En 2014 las autoridades de Japón decidieron desmantelar la central nuclear de Tokai, proceso que llevará unos 70 años.