De acuerdo con la información ofrecida por este medio, el escritor tiene una deuda con la Dependencia Regional de Recaudación Especial de Madrid, aunque Vargas Llosa no está de acuerdo con la cantidad solicitada.
Por ello, su equipo legal decidió mantener la deuda suspendida para que no entre en fase ejecutiva mientras tratan de demostrar un error en el cálculo de la cantidad adeudada.
Dicha maniobra le llevó a pedir una hipoteca privada y presentar las escrituras de la casa que posee en el centro de Madrid como aval.
Según Vanitatis, esa vivienda no está a nombre de Vargas Llosa, sino que el titular de la misma es una sociedad holandesa de la que el escritor es máximo accionista.