"El problema está en que (…) la profunda división que existe tanto en el Gobierno como en la oposición, hace que resulte bastante complicado un diálogo o una negociación por sí solos (…) en este momento, la comunidad internacional tiene que señalar una ruta, porque quizá la pueden ver con más claridad de lo que pueden verlo las partes en conflicto", expresó a esta agencia el abogado Emilio Figueredo, experto en asuntos internacionales y escenarios de negociación.
Escenario actual
Entre estos pasos debería estar la liberación de políticos detenidos y la eliminación de la sentencia de desacato al parlamento, de mayoría opositora.
Sin embargo, otro sector del grupo que se opone al presidente Nicolás Maduro considera que, en la circunstancia actual, el único escenario posible es la salida del jefe de Estado, por cualquier vía, incluyendo la militar.
Además: Diputado opositor cree que llamado al diálogo del Gobierno venezolano es una burla
Mientras, en el seno del oficialismo, se encuentran los que apoyan al presidente, quien ha dicho que está dispuesto a dialogar siempre que sea una agenda abierta, y un ala más radical, que descarta una negociación con la oposición.
Desconfianza
Según Figueredo, esta polarización no contribuye para nada a mejorar la situación del país, pues "resulta imposible de manejar o mejorar las condiciones económicas, sin un entendimiento básico".
"Reina la desconfianza, el clima es muy enrarecido, y pienso que quizá el camino que está planteando Europa, o la tarea que le plantearon a (la alta representante de la Unión Europea para la Política Exterior) Federica Mogherini, puede ser quizá una vía que ayude a aclarar un poco esa situación", agregó.
Esto, explicó el analista, hizo que la grave situación del país caribeño se expandiera y alcanzara a toda la región.
Por ello, Figueredo cree que en Venezuela se puede poner en práctica algo como el Grupo de Contadora, el cual se conformó en 1983, para promover la paz en Centroamérica.
Temas relacionados: Constituyente venezolano: la oposición no llegará al poder con la violencia

Por ello, insistió en que pasos similares deben darse con Venezuela, y en ellos deben involucrarse no solo países del continente americano y de la Unión Europea, sino también naciones como China y Rusia, pero destacó que esto debe ser hecho cuanto antes.
"Debe realizarse con velocidad, porque a medida que pasa el tiempo la situación económica se agrava", sostuvo el profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales de la Universidad Central de Venezuela.
Actores sin credibilidad
El último proceso de negociación que se vivió en Venezuela fue entre finales de 2017 e inicios de 2018, pero concluyó sin un acuerdo definitivo, y con el oficialismo y la oposición acusándose mutuamente de incumplir exigencias.
"Los diálogos son puro cuento, el Gobierno no acepta puntos de vista distintos, solo vale el de ellos", dijo a esta agencia Enrique García, un comerciante de 35 años.
Por su parte, Gustavo Páez, de 52 años, aseguró que no cree en ninguno de los representantes políticos del país.
Temas relacionados: ¿Por qué el opositor venezolano Julio Borges es clave para la oposición?
"El Gobierno y la oposición, ninguno sirve, y mientras ellos dialogan el país está igual o peor, así que no creo que sirva el diálogo para nada", añadió.
La oposición, destacó Miguel Leiva, de 50 años, no tiene una disposición real de sentarse a resolver los problemas del país mediante un proceso de diálogo, por lo que consideró que todo intento fracasará.
"En el diálogo anterior la oposición se burló del país y siguió lo que le dijo Estados Unidos; ahora estamos peor con estas sanciones y ellos siguen con la misma intención de burlarse, así que un diálogo no servirá", aseguró.

"Siempre en cualquier circunstancia, inclusive las peores, se debe pensar que, el camino del diálogo o la negociación, es una salida inteligente a una crisis, que no debería desembocar en otra forma de tipo más cruento", observó.
Venezuela enfrenta una situación de hiperinflación, que, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional, podría cerrar el 2019 en 10.000.000%, lo cual, a juicio de Figueredo, pone al país caribeño al borde de un estallido social.