"Aceptamos que entren quienes necesitan apoyo, solo pedimos como condición que sea en paz y se acerquen a la autoridad administrativa, en este caso el Instituto Nacional de Migración, para regularizar su situación", dijo el encargado federal de la política interior.
"Estamos ya en una circunstancia inédita, no es una mera caravana, es un éxodo migratorio, así lo está viendo el Gobierno de México y así actúa", dijo el responsable del gabinete de seguridad nacional.
Las causas de la crisis humanitaria son "falta de empleo, falta de oportunidades y de utilización de población vulnerable", dijo el titular de la cartera de Gobernación.
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El Gobierno mexicano trabaja en coordinación con sus contrapartes de los tres países del llamado Triángulo Norte centroamericano (Honduras, El Salvador, Guatemala) y con el Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para atender los pedidos de refugio de personas que huyen de la violencia de las pandillas y analizar opciones en otros países del continente americano que puedan recibir migrantes.
La oferta del Gobierno de México sigue siendo el plan "Está es tu casa", que ofrece refugio y visas de empleo temporal restringido a los estados de Chiapas y Oaxaca, los más empobrecidos de todo el país, que la mayoría de migrantes rechaza en su determinación de llegar a la frontera norte con EEUU.
La primera y principal caravana partió del norte de Honduras un día después de la conferencia para la prosperidad y la seguridad en Centroamérica celebrada en Washington, el sábado 13 de octubre.
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Ese contingente de unas 4.000 personas llegó el 31 de octubre a Juchitán, Oaxaca, tras recorrer unos 400 kilómetros desde la frontera con Guatemala y hacer tres escalas, donde la población y autoridades locales les ofrecieron comida, agua, atención médica.
Por esa razón, los migrantes han solicitado ayuda a los gobiernos locales de Oaxaca y la Ciudad de México para que les proporcionen autobuses, debido a que más de dos semanas de caminata los ha dejado exhaustos, con los pies maltratados, y algunos enfermos.
Una segunda caravana de menos de 2.000 personas avanzó unos 50 kilómetros desde la frontera hasta Huixtla, Oaxaca, luego de cruzar el río fronterizo Suchiate el 28 de octubre, tras protagonizar disturbios con pedradas respondidas con gases lacrimógenos de agentes antimotines, durante los que murió un joven hondureño.
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Trump dijo que desplegará hasta 15.000 efectivos militares en la frontera sur con México para frenar la caravana de migrantes, que considera una "invasión".
Cada año hasta 500.000 centroamericanos y otras nacionalidades cruzan territorio mexicano, de los cuales EEUU expulsa unos 200.000 y México otra cantidad similar.