"[Planeamos] desarrollar un demostrador tecnológico de este aparato submarino no tripulado y ahora nos estamos preparando para ello. Para el 2020 tenemos pensado crear tres demostradores tecnológicos y, más tarde, iniciar las primeras pruebas marítimas en la ruta del mar Negro Sebastopol-Sochi, ida y vuelta", ha explicado a Sputnik Denísov, cuya Fundación de Investigaciones Avanzadas diseña el Sarma en colaboración con Lazurit.
Denísov ha añadido que entre 2022 y 2023 el Sarma podría ponerse a prueba en el Ártico. De acuerdo con el director general de la fundación, el submarino deberá ser capaz de recorrer "10.000 kilómetros bajo el hielo" sin subir a la superficie, o lo que es lo mismo, toda la Ruta Marítima del Norte, que baña a Rusia de punta a punta. Los objetivos del Sarma serán registrar la topografía marina y garantizar la seguridad de navegación a través de la ruta.
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"[El Sarma] es un proyecto muy complejo. Estamos hablando de recorrer una enorme distancia sin fallo alguno y encima sin emerger a la superficie y sin comunicarse por satélite. Solo apoyándose en su propia navegación. Va a ser un avance muy importante para Rusia y para el mundo", ha asegurado Litvinenko.
El Ártico como campo de pruebas
La irrupción del Sarma es un paso gigante en el desarrollo de aparatos submarinos no tripulados. En una entrevista con RT, el director del museo ruso del Ártico y de la Antártida, Víktor Boyarski, ha explicado que lo será porque hasta ahora este tipo de máquinas no garantizaba la seguridad en la Ruta Marítima del Norte ni tampoco podía llevar a cabo investigaciones en el Ártico.
"A juzgar por las características que se han dado a conocer y por el sistema de propulsión independiente de aire, [el Sarma] será un aparato bastante grande que realizará tareas estratégicas. Tiene una autonomía impresionante y esto es muy importante porque en condiciones árticas se hace prácticamente imposible reabastecer con combustible a barcos y a submarinos", ha añadido Boyarski.
También ha querido dejar claro que a los científicos que están involucrados en el desarrollo del Sarma les espera mucho trabajo porque las tareas que se llevan a cabo en el Ártico no son nada fáciles, especialmente cuando el hielo se va desplazando. En estas circunstancias, ha advertido, a veces se hace imposible emerger a la superficie. El Sarma solventará ese problema.
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