"Para ACNUR es preocupante ahora el desarrollo de la situación humanitaria y los conocidos riesgos de secuestros y de seguridad" de los miembros de la caravana, declaró Edwards en una rueda de prensa en el Palacio de las Naciones en Ginebra citado en un comunicado en la página web de ACNUR.
Subrayó que es urgente estabilizar la situación.
Se indica que 45 empleados de ACNUR ya se encuentran en la ciudad mexicana de Tapachula, en el sur de México, para ayudar a inscribir a los solicitantes de asilo y establecer los mecanismos de identificación y distribución de refugiados con necesidades especiales en colaboración con las autoridades mexicanas.
Se agrega que después de la llegada de la caravana de refugiados y migrantes el 18 de octubre, la agencia envió al sur de México a otros empleados suyos que no se encuentran todavía en el lugar.
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La caravana, formada por unas 7.000 personas, según estimaciones, es la segunda marcha organizada en la región en 2018.
Los empleados de ACNUR están vigilando la frontera entre Guatemala y Honduras en ambos países y cooperan con las autoridades locales para garantizar una recepción segura a los miembros de la caravana que están regresando.
Además, la agencia recuerda a los países por los que cruza la caravana, que la marcha incluye a personas que corren un riesgo real, al destacar la importancia de asegurar que se cumpla su derecho de pedir asilo y que se evalúen con atención sus necesidades de protección.