En la grabación se observa a un perro que atiende por el nombre de Cooper y que está sentado en un sofá con un hueso en la boca.
En cierto momento, el animal parece haber visto algo verdaderamente sorprendente, tras lo cual se queda perplejo, y durante un rato, el perro se mantiene quieto y sin soltar el hueso.
Lo más peculiar de su graciosa apariencia son sus ojos redondos.
El autor del vídeo comentó que ya está acostumbrado a ese estado de 'trance' en el que suele entrar el animal al fijarse en alguna cosa.
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