"Vivimos en una democracia y digo en mi país lo que creo que he de decir", afirmó Peumans en declaraciones a la emisora de radio VRT.
El 16 de octubre el ministro de Exteriores español, Josep Borrell, se reunió con el embajador belga en Madrid, Marc Calcoen, para trasladarle el malestar por las declaraciones de Peumans.
Según Borrell, el presidente del Parlamento flamenco puede realizar las declaraciones a título personal, pero como presidente del Parlamento flamenco "no puede decir lo que ha dicho sobre España y la democracia española."
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Estos dirigentes independentistas, entre los que se encuentran varios miembros del anterior Gobierno catalán, llevan desde hace meses —en el caso del expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Cuixart y el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, un año— en prisión preventiva como medida cautelar por riesgo de fuga, a la espera de ser juzgados por supuestos delitos de sedición, rebelión y malversación de fondos relacionados con el proceso independentista catalán, en particular el referéndum unilateral de autodeterminación del 1 de octubre de 2017.
"España no puede permitirse que, una vez tras otra, el presidente de un Parlamento actuando como tal diga que somos un país que tiene que ser expulsado de la UE", dijo este 17 de octubre Borrell en declaraciones a la prensa desde el Congreso de los Diputados.
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Peumans, que pertenece al partido Nueva Alianza Flamenca (N-VA), negó no obstante en sus declaraciones a la radio haber comparado España con Bosnia.
Peumans también aseguró que el expresidente catalán Carles Puigdemont tiene derecho a visitar la cámara regional, ya que, además, es diputado en el Parlamento de Cataluña, y precisó que su presencia no fue como invitado a una recepción personal, sino como asistente a la inauguración de una exposición sobre el referéndum unilateral de autodeterminación del 1 de octubre de 2017.
Tanto el presidente del Parlamento de Flandes como el presidente flamenco, Geert Bourgeois, asistieron este 17 de octubre al debate en la cámara con lazos amarillos en las solapas, el símbolo escogido por los soberanistas catalanes para mostrar solidaridad con los dirigentes independentistas que se encuentran en prisión.
"Aquí tenemos la respuesta de un país valiente a las amenazas de la diplomacia española", escribió en su cuenta de Twitter Josep Lluís Alay, miembro del círculo íntimo de Puigdemont.