"Se trata de una cirugía mayor en ambas terminales por cerca de 5.000 millones pesos (unos 260 millones de dólares actuales), durante dos años", dijo el próximo funcionario en conferencia de prensa
Originalmente, el AICM fue diseñado para servir a 34 millones de pasajeros al año, sin embargo, en 2017 llegaron 45 millones, un 30% más que su capacidad.
Sobre el aeropuerto de Toluca, capital del central estado de México, 60 kilómetros al oeste de Ciudad de México, el objetivo es elevar su capacidad a 10 o 14 millones de pasajeros, "para que exista un sistema aeroportuario con mayor eficiencia, capacidad y mejor tecnología", en el centro del país.
Ese plan de inversiones "lo tenemos que hacer necesariamente", pero es independiente de la decisión que resulte de una consulta ciudadana sobre continuar o cancelar las multimillonarias obras el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), a celebrarse del 25 al 28 de este mes en más de 500 plazas públicas.
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El NAIM es la principal obra de infraestructura del mandato del presidente saliente, Enrique Peña Nieto, con un costo original de 10.000 millones de dólares.
Pero la promesa de campaña de López Obrador es cancelarlo y construir dos pistas en la base militar de Santa Lucía, a 35 km del AICM.
El dilema que resolverá la consulta
Jiménez Espriú dijo que "las alternativas de solución a largo plazo son dos, con una variante", que consiste en las inversiones anunciadas, independiente de la consulta ciudadana.
Con esa obra, sumada a la modernización de los dos viejos aeropuertos de la capital y Toluca, el centro del país estaría abierto a unos 110 millones de pasajeros anuales, explicó.
El sistema aeroportuario precisa de la inversión mencionada para "rehabilitación y modernización (…) es un paso necesario", aseguró el futuro integrante del gabinete presidencial.
Asimismo, reveló el incremento de los costos originales para la obra de NAIM, aparte de problemas ambientales en ese antiguo lecho lacustre, que aún atrae a las aves migratorias.
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"Pero hoy estamos hablando, solo para la primera fase, de un costo de 285.000 millones de pesos (casi 15.000 millones de dólares)", reveló Jiménez Espirú.
En otras palabras, se deben invertir unos 4.600 millones de dólares más, informó para explicar la reticencia que tiene el nuevo Gobierno a continuarlo, y además la construcción sufriría un retraso y podría terminarse en 2024 o más adelante.
"No podemos esperar a solucionar el problema de saturación hasta 2024 o 2026, o el año que sea", argumentó.
En esas condiciones, durante el mandato de López Obrador no estaría operativo el NAIM que ya se comenzó a construir, puntualizó.