El secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, advirtió hace un tiempo que Rusia se vería apartada de las actividades del Consejo de Europa si no reanuda en 2019 las aportaciones al presupuesto de esta organización.
"Encontramos la posibilidad de debatir los asuntos pendientes y evitar el conflicto, es lo que le falta a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa [PACE], porque el Consejo permanece cerrado al diálogo y erradicó los principios que constituyen el fundamento de cualquier estructura parlamentaria", dijo.
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Señaló que quienes expresan un punto de vista distinto, como lo hace Rusia, se convierten en objeto de represiones, la PACE les priva de la posibilidad de participar en los debates.
El legislador vinculó la crisis que atraviesa la PACE con el funcionamiento de su aparato administrativo, que a su juicio "mató todo lo vivo en derredor suyo", al determinar quiénes deben ocupar los cargos dirigentes, definir el formato la agenda de reuniones, etc.
En 2015, la PACE introdujo nuevas restricciones, obligando a la delegación rusa a declarar imposible su participación en las labores del organismo y desde 2016 Moscú dejó de enviar la documentación para la acreditación de su delegación ante la asamblea.
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En junio de 2017, el conflicto entre Estrasburgo y Moscú se recrudeció aún más, por lo que Rusia anunció que suspendía el pago de una parte de su contribución al presupuesto del Consejo de Europa correspondiente a 2017 hasta que los derechos de su delegación en la Asamblea Parlamentaria se restituyeran completamente.