La civilización occidental, tiene su frontera natural hacia su par en el este como es la civilización ortodoxa, en los límites mismos de lo que fue conocido entre los años 962 hasta 1806 como el sacro Imperio romano germánico, una entidad político territorial única en su estilo, de carácter supranacional, que mantuvo el equilibrio de poder entre las potencias europeas de Europa Occidental y Central, de confesión netamente cristiana apostólica romana, era igualmente llamado el Primer Reich o Imperio antiguo, pretendió ser el heredero legítimo del Imperio romano de Occidente caído en el año 476 de nuestra era y albergó como idioma principal el latín, así como el alemán, italiano, francés, checo, polaco, esloveno entre otras lenguas y dialectos menores.
Más: ¿Por qué se ha desatado una guerra contra el idioma ruso?
Ahora bien, la línea que separa a estas dos civilizaciones empieza entre la actual frontera entre Finlandia, las repúblicas bálticas (Lituania, Estonia y Letonia) con Rusia, pasa por parte del territorio de Bielorrusia y por el centro de Ucrania, la cual la divide en dos:
- Ucrania Occidental, de confesión religiosa ortodoxa uniata, especie que forma parte de las llamadas Iglesias católicas orientales, que reconoce al papa de Roma como Sumo Pontífice, de idioma ucraniano y cuyos habitantes tienen una tendencia a estar a favor de la anexión a la Unión Europea.
- Ucrania Oriental, que concuerda geográficamente con el Hetmanato Cosaco, de religión ortodoxa rusa, ruso hablantes y de tendencia política a seguir manteniendo sus nexos económicos, culturales, militares y sociales con la Federación de Rusia.Es decir, Ucrania es un país escindido, un país que está dividido desde el mismo momento en que el Atamán de los cosacos Bogdán Jmelnitki juró lealtad al zar en 1654, pasando desde entonces al área de influencia del Imperio ruso.







En vista de que sus compatriotas rusohablantes no iban a seguir el camino extraño a sus intereses de la Unión Europea y las instituciones globales Occidentales, cerrando filas con sus pares civilizatorios, que los han socorrido desde tiempos del Tratado de Pereyáslav, cuando los cosacos pidieron ayuda al zar Alejo I en contra de la República de las Dos Naciones, formada por las actuales Polonia y Lituania.

Asimismo, debemos tomar en cuenta que la pretensión de extender la civilización occidental, por parte de Estados Unidos y sus aliados europeos, no es mas que un intento por querer rodear militarmente a Rusia, a través de la extensión de la OTAN a la misma frontera del Ejército ruso, lo cual representaría un riesgo grave para la seguridad internacional, por cuanto estaríamos a las puertas de repetir un escenario en el cual ya Napoleón y Hitler tuvieron su lección.
Te puede interesar: Kiev pretende que Rusia le "devuelva" la histórica región de Kubán
Por último, la división de Ucrania es un hecho, la adhesión de Crimea a la Federación de Rusia por decisión soberana de su pueblo y el conflicto en el este ucraniano (el cual no está en condiciones de ganar Kiev) así lo certifican, cita Samuel Huntington un testimonio de un general Ruso que dijo lo siguiente para la época de la desintegración soviética: "Ucrania, o mejor, Ucrania Oriental, volverá en cinco, diez o quince años. ¡Ucrania Occidental puede irse al infierno!".
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK Y LOS TEXTOS ESTÁN AUTOEDITADOS POR LOS PROPIOS BLOGUEROS