Al principio los gatitos llegaron al zoo y no le dieron más importancia al asunto. Hasta que uno de ellos se acercó demasiado a Aliona. Temieron que esta reaccionase arañándolo o atacándolo de alguna forma, pero ocurrió todo lo contrario. La felina comenzó a lamerlo por todas partes y a cuidar de él. Y luego hizo lo mismo con los otros tres gatitos.
Ahora, Aliona cuida de ellos las 24 horas. Los lava con la lengua y los protege continuamente como si fuesen sus hijos.
"El lince los aceptó encantado y ahora los lame y los relame como si fuese su madre", explica una de las empleadas del zoológico.
No es la primera vez que Aliona sorprende a sus cuidadores. En marzo se encargó de cuidar a dos oseznos de mes y medio. Más tarde, decidió adoptar a cinco cachorros de malamute de Alaska y luego, encima, crio a un mapache llamado Zhorik.