"Llamamos a las autoridades de todos países, no solo de Europa, a quienes preocupa el destino de las personas, a prestar [al barco] su pabellón", declaró la jefa de la oficina italiana de MSF, Claudia Lodesani, en una rueda de prensa, trasmitida por la red social de Twitter.
Las autoridades de Panamá anunciaron que retirarán su bandera al barco Aquarius que pertenece a las organizaciones SOS Mediterranee y MSF, tras recibir denuncias del Gobierno italiano de violación de los procedimientos jurídicos internacionales y el rechazo de devolver a los migrantes a sus países de origen.
"¿Realmente Europa no puede encontrar una solución honorable al problema de varios miles de personas? Macron, Salvini, Orbán crearon una crisis humanitaria vergonzosa en las fronteras europeas y no asumen la responsabilidad para resolverla", concluyó la jefa de la oficina italiana de MSF.
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Esta semana, la ONG SOS Mediterranee solicitó a Francia que permitiera al barco Aquarius desembarcar en Marsella a los 58 migrantes rescatados en el Mediterráneo pese a no tener bandera.
Al mismo tiempo, Francia acordó con España y Portugal albergar a los rescatados.
Posteriormente, las autoridades de Malta aceptaron albergar a los migrantes rescatados.
En junio, la situación en torno al Aquarius, entonces con más de 600 migrantes a bordo, desencadenó un escándalo en Europa después de que las autoridades de Italia y Malta cerraran sus puertos al barco.
El Gobierno de España expresó su disposición de acoger el barco, subrayando que se trataba de una "obligación" que ayudaría a "evitar una catástrofe humanitaria".
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El 17 de junio el buque, en el que viajaban personas de 26 nacionalidades, en su mayoría procedentes de Sudán, Nigeria, Eritrea y Sudán del Sur, llegó al puerto de Valencia.
Varios países europeos luego accedieron a dar acogida a los migrantes del Aquarius.