En un comunicado, la CIDH, expresó su "profunda preocupación por el aumento de la violencia contra personas afrodescendientes en Brasil en el año de 2017" y urgió al Estado brasileño a poner en marcha políticas, leyes y prácticas para prevenir y eliminar la discriminación contra este grupo de la población.

Además, en la última década, se logró reducir un 8% el número de homicidios de mujeres no afrodescendientes, mientras que el número de mujeres negras asesinadas aumentó un 15,4%.
La CIDH también recuerda que a lo largo de 2017 hubo al menos 4.222 muertes en el contexto de intervenciones policiales, y que hay una "violencia institucional" que perpetúa los patrones de discriminación racial existentes.
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La organización exige al Estado brasileño que tome medidas contra el "racismo institucional", que se acentúa a través de prácticas como "el uso de perfiles raciales, la persecución policial selectiva de personas negras y su sobrerrepresentación en el sistema carcelario".
La CIDH es un órgano de la Organización de los Estados Americaos (OEA) de carácter consultivo y cuyos siete miembros independientes son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, sin que representen sus países de origen o de residencia.