Este desarrollo lo lograron mediante el uso de nanotecnología y compuestos orgánicos, informó la institución mediante un comunicado.
Los jóvenes buscan la reducción del consumo de electricidad y el impacto en la huella de carbono.
Una ventaja de esta pintura biofotoluminiscente, es que puede alcanzar una duración de hasta 15 años, además de que al no utilizar organismos vivos bioluminiscentes, reducen los costos de producción.
El grupo de estudiantes investigó para un proyecto escolar la funcionalidad de absorber la energía lumínica de los rayos UV y reflejarla a través de una pintura.
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Al iniciar su proyecto, los alumnos ganaron una beca para diseñar un prototipo. Después, ganaron el segundo lugar en el Energy BM Challenge y otra beca para la incubadora de empresas del ITESM.
En esa fecha, los jóvenes diseñaron un plan de negocios para formalizar el proyecto y buscaron participar en concursos para darse a conocer", explicó Brando Valera, director de marketing de Armonett.
Con este desarrollo, este grupo de jóvenes obtuvieron el Premio Santander a la Innovación Empresarial 2018.
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