El 16 de septiembre, un hombre de 42 años y su pareja, una mujer de 30 años, fueron ingresados en el hospital después de sentirse mal en un restaurante local, lo que levantó las sospechas de que podría tratarse de un agente tóxico.
"Es obvia lo absurdo de la mayoría de la información que llega de Salisbury", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Los medios británicos aseguraron que al menos uno de los afectados era ruso.
La embajada de Rusia en Londres informó a Sputnik que las autoridades del país monárquico hasta la fecha no ofrecieron datos que confirmen las afirmaciones de la prensa británica.
El incidente se produjo a unos 200 metros del restaurante Zizzi, el establecimiento en el que comieron el exespía británico Serguéi Skripal y su hija Yulia de 33 años antes de ser encontrados inconscientes el 4 de marzo en un parque con síntomas de envenenamiento.
Nada más abierta la investigación, Londres responsabilizó a Moscú de estar detrás del suceso con los Skripal y afirmó que la toxina fue supuestamente desarrollada por Rusia.
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El pasado 5 de septiembre, la fiscalía británica acusó a dos turistas rusos de envenenar a los Skripal y los identificó como Alexandr Petrov y Ruslán Boshírov.
No obstante, Petrov y Boshírov, dos empresarios dedicados al negocio del fitness, ofrecieron el día 13 una entrevista a la cadena televisiva RT y a la agencia de noticias Sputnik en la que rechazaron las acusaciones del Gobierno británico.
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Los dos empresarios dijeron que su vida se había convertido en una pesadilla después de que las autoridades de Reino Unido publicaran sus fotos.
Tras la entrevista el Gobierno británico volvió a modificar su versión del caso Skripal y ahora estaría buscando a un médico y a un supuesto empleado de la embajada rusa, según lo informó el periódico The Mirror, citando a fuentes oficiales.