"EEUU está caminando por la cuerda floja. Definitivamente está esperando que China se rinda. A su vez, Pekín espera que Washington llegue un punto de inflexión", aseguró Chen Fengying en una entrevista a Sputnik.
La necesidad de llegar a un acuerdo
El mandatario norteamericano ordenó el 17 de septiembre al representante de Comercio de Estados Unidos proceder con la imposición de aranceles adicionales sobre las importaciones chinas por un valor total de 200.000 millones de dólares. Estas restricciones entrarán en vigor el 24 de septiembre.
Chen considera que la guerra comercial de Trump perdurará por mucho tiempo, ya que Pekín dijo que no dejará las acciones de Washington sin respuesta, y anunció sus planes de introducir aranceles del 10% sobre las importaciones estadounidenses por un valor de 60.000 millones de dólares.
En efecto, las dos economías más grandes del mundo están tan interconectadas entre sí que sufren simultáneamente los estragos de la guerra comercial. Al tratar de castigar a las plantas chinas, Trump asesta duros golpes contra sus propias empresas tecnológicas. La experta mencionó que Apple ya no sabe qué hacer con el costo incrementado de sus cascos, cargadores y relojes inteligentes.
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Aunque Trump invitó en su cuenta en Twitter a los gigantes tecnológicos a producir en territorio estadounidense, las empresas tienen muchos argumentos en contra de esta sugerencia. Según los datos recopilados por Intel, el desplazamiento desde China a EEUU de una sola de las fábricas que se dedica a la producción de envoltorios le costaría entre 650-875 millones de dólares. Además, la especialista subrayó que el país asiático también sufre al devolver los golpes a EEUU en esta guerra comercial.
"Con cada nueva etapa relacionada con la introducción de nuevas restricciones la capitalización de las empresas chinas se reduce, la preocupación de los inversores aumenta y todo esto se traduce en fuga de capitales. Como consecuencia, se deprecia la moneda nacional china. No obstante, ni una sola parte involucrada en esta batalla quiere ceder ni está lista para oponer una resistencia duradera", subrayó la economista.
Chen considera que es necesario sentarse a negociar y buscar un punto medio.
"Claro está que debe ser un compromiso mutuo y no concesiones unilaterales. China y EEUU son dos grandes potencias. Nadie cederá. Ni siquiera México y Canadá ceden a EEUU [en cuanto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)] y ¿qué se puede decir sobre China? Es imposible conseguir un resultado con ayuda de la presión", recalcó.
No obstante, la interlocutora de Sputnik no excluyó la posibilidad de que los políticos estadounidenses puedan sentarse a la mesa de negociaciones en caso de que surja una situación extraordinaria en la economía de EEUU.
"Si eso ocurre, no sucederá en el futuro próximo", admitió.
¿Es capaz China de responder con aranceles durante mucho tiempo?
Aunque China amenazó con aplicar medidas de respuesta, el país asiático no podrá competir con EEUU en la imposición de tarifas arancelarias. La causa de esta incapacidad es el enorme desequilibrio comercial a favor de EEUU, estimado en 375.000 millones de dólares.
Sin embargo, el país asiático tiene un as bajo la manga. Se trata de las distintas barreras comerciales que las autoridades chinas pueden imponer contra la expansión de las empresas estadounidenses.
Según los datos de FactSet Research Systems Inc., en 2017, el 19% de las ventas mundiales a Apple se hizo en China. Lo mismo ocurrió con Intel (24%), Qualcomm (65%) y Starbucks (20%).
Estos datos evidencian que los éxitos de las empresas estadounidenses dependen en gran medida de la posición de las autoridades chinas. Así, en julio de 2018 el Gobierno chino retiró el permiso concedido a Facebook para abrir un sucursal en la provincia de Zhejiang.
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Este no fue un caso esporádico. En julio de este año el fabricante de chips estadounidense Qualcomm confirmó haber rechazado la propuesta de absorber la empresa fabricante de semiconductores NXP después de que China no otorgara la aprobación. Por esta misma razón Qualcomm tuvo que pagar a NXP una multa de 2.000 millones de dólares.
El exgobernador del Banco Central de China Zhou Xiaochuan explicó a Sputnik que no se excluye la posibilidad de que las negociaciones entre ambos países se restablezcan tras estas elecciones.
"Si eso no ocurre la guerra comercial perdurará por muchos años", enfatizó.