Andréi Íschenko, del Partido Comunista de Rusia, se perfilaba hasta la noche del 16 de septiembre como el ganador de las elecciones después de haber sido escrutado el 95% de los votos. Sin embargo, a último momento perdió ante el gobernador interino, Andréi Tarasenko, del partido gobernante Rusia Unida.
En consecuencia, tanto Íschenko como el Partido Comunista de Rusia se negaron a reconocer los resultados de la votación. El líder del partido, Guennadi Ziugánov, pronunció un discurso en la Duma de Estado pidiendo justicia.
"Exigimos que el presidente, que es garante de la Constitución, establezca con urgencia una comisión mediante un decreto. Diputados de todas las facciones de la Duma y la Comisión Electoral Central están listos para entrar en esta comisión. Hemos preparado materiales para el Comité de Investigación, la Policía y la fiscalía", protestó Ziugánov.
"En las elecciones en Primorie, hemos obtenido una anarquía criminal", resumió el líder del partido comunista más antiguo de Rusia.
"Esto es anarquía, no solo con respecto a Primorie, sino con respecto a todo el país, a todo el sistema político e incluso contra el liderazgo del país. Estúpidamente han cambiado los resultados electorales. Esta es una práctica de pandillas. No puede ser que después de escrutar más del 90% de los votos, la diferencia del 7% de los votos haya desaparecido", dijo el portavoz del Partido Comunista y diputado, Alexander Yushchenko.
Íschenko insiste en que ha ganado estas elecciones.
"El comité electoral regional está tratando de robar nuestra victoria de una manera traviesa e impúdica. ¡Gané esta elección! Nos están tratando de engañar. Llamo a una huelga indefinida de votantes", arengó el candidato a gobernador.

"Estoy dispuesto a sacrificarme por la causa", aseguró el comunista.
En respuesta, la sede electoral de Tarasenko acusó al oponente de soborno masivo de votantes y de intentar "organizar un Maidán" en Primorie. Rusia Unida y el Partido Comunista de Rusia se acusaron mutuamente de falsificación de las actas electorales.
Al mismo tiempo, la Comisión Electoral Central todavía no informó si reconocerá los resultados, aunque prometió presentar sus conclusiones a finales de la semana tras investigar la situación.
La jefa del órgano electoral, Ella Pamfilova, no descarta que los resultados de la votación sean anulados.
Al mismo tiempo, los partidos del ala más dura de la oposición rusa ya dicen que lo que ocurrió en Primorie es una vergüenza para todo el país.
"Vale la pena indignarse, pero no sorprenderse: Primorie solo demostró que es parte de Rusia. Sucedió allí, como en todo el país. ¿Han robado descaradamente las elecciones? ¿Y en qué otro lugar?", escribió en Twitter el presidente del Partido de Cambios, Dimitri Gudkov.
"Si la Comisión Electoral Central y el Tribunal Supremo cierran los ojos a lo que está sucediendo en Primorie, entonces el sistema electoral en Rusia ha terminado", resumió Andréi Nechaev del Partido de Cambios, ex ministro de Economía de Rusia.