Ortega Juárez explicó que su libro de reciente aparición "Adiós al 68", no es un exhorto al olvido, sino una propuesta a asumirlo como "la expresión de un movimiento libertario cultural de escala planetaria, sin repartir culpas ni amnistías, para que las izquierdas superen el arcaico nacionalismo provinciano de la Revolución Mexicana", que estalló en 1910.
"¿Por qué México se empeña en vivir de los rituales? Igual que el Día de Muertos, las fiestas de la Independencia, el culto a la Virgen de Guadalupe, el 68 se convirtió en el gran ritual del pasado de la izquierda, que la convirtió en estatua de sal", cuestionó con su estilo de polemista utilizando un relato bíblico.
Más de 300 libros se han escrito sobre el 68 mexicano y "casi todos retratan un movimiento aldeano, atrapado en el nacionalismo revolucionario arcaico, con la excepción de Jorge Volpi", autor de "La imaginación y el poder, una historia intelectual del 68".
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Sobre esa obsesión mexicana autorreferencial, Ortega Juárez recordó que el desparecido escritor mexicano Carlos Fuentes, Premio Cervantes de Literatura, "decía aludiendo a la cortina de hierro socialista, que vivíamos bajo la cortina del nopal, pensando que 'como México no hay dos', una absurda obviedad localista".
El objetivo de la obra es terminar el ciclo del 1968, "no para olvidar sus pendientes, sino para enfatizar que históricamente está cerrado, no se puede seguir dando vueltas a la noria", resumió.
Para ilustrar ese punto, definió como un "acto patético" la reciente marcha de unas 20.000 personas en la capital, para evocar la Marcha del Silencio de hace 50 años, ocurrida el 12 de septiembre de 1968, semanas antes de la Masacre de Tlatelolco, donde los militares masacraron a decenas de jóvenes.
"Un movimiento de muchachos con sus propias motivaciones actuales contra la violencia, fue encabezado por un forzado grupo de viejitos del 1968, me pareció grotesco", sentenció el escritor.
López Obrador: "nada que ver con el 68"
Ortega Juárez sostuvo que los jóvenes de 1968 eran "anti-sistema y anti-electorales", y el intento de hacerlos converger con el triunfo del presidente electo López Obrador, 64 años, "es una convergencia forzada".
La paradoja de los movimientos de izquierda, lamenta, es que "en vez de ser visionarios y ver al futuro sin negar el pasado, en muchos países se han vuelto conservadores, anclados a mitos atávicos, dando vueltas en círculo".
El movimiento juvenil de hace medio siglo nunca se interesó por resultados electorales ni por los partidos.
"Fue un movimiento contra el poder, más cercano a John Lennon que decía que los partidos comunistas eran el condón de la revolución, o quienes pensaban que el comunismo era enfermedad senil del izquierdismo", en alusión a la gerontocracia de regímenes autoritarios.
Ortega Juárez apunta que el presidente electo promete mantener la estabilidad económica que hereda, sin alterar el equilibrio financiero del gasto público, que es uno de los grandes paradigmas del neoliberalismo, señaló.
"Bien matizado, su proyecto tiene muchos ingredientes neoliberales; por ejemplo, va a elevar a 68 años la edad de la jubilación, eso en Europa es una típica medida neoliberal", que además cierra el camino a nuevas generaciones.
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El decálogo neoliberal del llamado Consenso de Washington, prosiguió, contienen una frase que López Obrador repite: que no va a aumentar los impuestos.
"Contra el modelo recaudatorio socialdemócrata, que busca extender el gasto social del Estado, el modelo contrario de los girngos, anti-impositivo, como Donald Trump en EEUU, hace que el nacionalismo tardío de López Obrador sea una especie de gobierno neoliberal asistencialista", cuestionó.
El fundador de otras formaciones de izquierda, como el Partido Socialista Unificado de México, hasta el Partido de la Revolución Democrática (1989), que AMLO abandonó tras sus dos candidaturas presidenciales bajo esa bandera, advierte del "cóctel ideológico" que ha recogido López Obrador en su Movimiento de Regeneración Nacional, registrado en 2014.
"Fue el resultado de 30 años de políticas neoliberales, fue una gran rebelión electoral ", sintetizó.
Pero el resultado que anticipa es que "se va producir un gran desencanto que está por verse, por su estilo de caudillo autoritarios del viejo tipo, muy priista".
"López Obrador es una gran paradoja: derrotó al PRI para restaurar el régimen que implantó el PRI", puntualizó.
El 2 de octubre se cumplen 50 años de la masacre de estudiantes en la Plaza Tlateloco.